Empresas y finanzas

Los expertos creen que Draghi tirará los 'castillos en el aire' de las bolsas

  • Dudan que el BCE adopte el jueves estímulos, lo que podría enfriar los ánimos
  • La caída del euro y del costes de financiación dan tiempo antes de sacar la artillería

En el año 2010, el que era entonces presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, anticipó en el simposio de banqueros centrales de Jackson Hole la segunda ronda del paquete de medidas más heterodoxo de la entidad: el programa de compra de activos bautizado como Quantitative Easing (QE). ¿Qué país subirá primero los tupos de interés, EEUU o Gran Bretaña?

Bernanke desgranó los estímulos que estaban sobre la mesa y los riesgos y beneficios de aplicarlos. Desde entonces, la reunión de agosto de Jackson Hole es mirada con lupa por inversores, analistas y medios.

En esta edición, el mayor protagonismo fue para el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien se refirió a la debilidad de los precios y de la demanda interna como un problema que preocupa. Los mercados reaccionaron por adelantado, con el rumor, construyendo un castillo en el aire que llevó a las bolsas a rozar los máximos del año. Ahora es Super Mario el que tiene que solventar la papeleta ante los inversores.

Los expertos creen que, esta vez, el banquero central italiano defraudará a las bolsas y se podría avecinar una corrección al avance de las últimas semanas. De hecho, el propio BCE filtró el miércoles que ha contratado a BlackRock Solutions, una división de la mayor gestora del mundo de fondos, para elaborar e implementar este programa. Una señal clara de que la entidad está en pleno proceso de desarrollo del que será uno de sus programas más ambiciosos, el de la compra de activos, pero que todavía no es inminente.

La última encuesta a expertos elaborada por Reuters sitúa en marzo de 2015 la fecha en la que el BCE comenzará su programa de compras, y serán valores respaldados por activos (ABS, por sus siglas en inglés). "La entidad va a esperar a ver cómo evolucionan las herramientas puestas en marcha antes de empezar con la artillería pesada", explica Javier Flores, responsable del servicio de estudios de Asinver. "Creo que el BCE va a acabar actuando y comprando ABS, pero no esperamos esta decisión de forma inmediata. Lo que hará esta semana es reforzar su mensaje", explica Francisco Vidal, jefe del departamento de análisis de Intermoney. Una decisión que puede decepcionar a un mercado que es adicto a los estímulos monetarios.

La 'coartada' de Draghi

El frenazo de la inflación y la economía es el principal punto de preocupación para los líderes del BCE, una situación que carga más presión sobre la institución para que aumente sus estímulos. Las vías ortodoxas ya están casi agotadas, lo que fuerza a la institución a buscar medidas más agresivas (y experimentales en la eurozona). Super Mario cuenta con todo un argumentario para justificar un retraso en su decisión.

En primer lugar, el BCE quiere esperar a ver cómo reacciona el mercado ante la primera inyección de liquidez a la banca de su último programa, el TLTRO. La banca europea podrá pedir hasta 400.000 millones de euros repartidos entre las subastas del 18 de septiembre y del 11 de diciembre. "Creo que las peticiones se situarán en el entorno de los 250.000 millones", indica Javier Santacruz, economista asociado a la Universidad de Essex. Los hombres de Fráncfort podrían esperar a ver qué volumen demanda la banca y qué impacto tiene en el mercado antes de adoptar más posiciones.

Además, el BCE tiene otro motivo para esperar a octubre: "van a querer recopilar más datos macro para valorar si los riesgos de inflación a la baja y el deterioro de expectativas profundiza", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi. Además, la entidad revisará en septiembre su cuadro de proyecciones económicas.

Por último, la situación de los mercados financieros da más tiempo a la institución monetaria si quiere esperar un poco más antes de sacar su artillería pesada. El euro ha corregido un 6% en cinco meses, y los estados miembro se financian a tipos de interés en mínimos, una situación que da tiempo a los líderes del BCE. Algunas casas de análisis creen que Draghi no se quedará de brazos cruzados y que adoptará estímulos intermedios: un 10 por ciento de los expertos encuestados por Bloomberg cree que elevará su penalización a los bancos que depositen su exceso de liquidez en la entidad, pasando esta tasa del 0,1 al 0,2%.

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