
Los siete grandes bancos españoles podrían solicitar hasta 37.700 millones de euros en las subastas de liquidez que el Banco Central Europeo (BCE) celebrará en septiembre, el día 18, y en diciembre y que se anunciaron el pasado mes de junio, cuando el organismo puso en marcha una batería de medidas para intentar relanzar la economía de la Eurozona.
Estas nuevas inyecciones de liquidez a largo plazo, por un importe de hasta 400.000 millones de euros, se conocen con el nombre de Target Long Term Refinancing Operation, de ahí que se refieran a ellas como TLTRO.
Los bancos que quieran optar a esta liquidez tendrán dos subastas, una en septiembre y otra en diciembre de 2014. Además, son inyecciones de liquidez condicionadas porque la intención es que se dedique el dinero a pymes y llegue a la economía real, por lo que el dinero que preste el BCE a la banca no podrá servir para financiar la compra de viviendas.
Los datos, entidad a entidad
Según los cálculos recopilados por Europa Press, en concreto, Bankinter podría solicitar hasta 1.700 millones de euros, Bankia hasta 3.000 millones, BBVA hasta 5.600 millones, Sabadell hasta 5.600 millones, Popular 5.800 millones, Caixabank hasta 7.000 millones de euros y Santander hasta 9.000 millones.
El analista de XTB Carlos Fernández ha señalado a la agencia que la subasta que se celebrará el próximo 18 de septiembre "no es condicionante, ya que el BCE deja una puerta abierta a que las entidades puedan solicitar nuevos importes en próximos meses".
Así, ha recordado que entre marzo de 2015 y junio de 2016 los bancos tendrán acceso a préstamos trimestrales adicionales, "por lo que en caso de que se quedaran cortos, podrían acudir a esta vía para reforzarse".
¿Logrará el BCE su objetivo?
El experto ha recordado que las subastas de liquidez del BCE celebradas anteriormente, en diciembre de 2011 y otra más tarde, en febrero de 2012, no consiguieron que la facilidad de crédito se transmitiera a la economía real, por lo que "habrá que ver si realmente en esta ocasión Mario Draghi consigue su objetivo y se trata de una medida que consiga reactivar la economía".
A su juicio, el problema no reside en la falta de liquidez de los bancos, "sino en la ausencia de créditos seguros o que las entidades consideran interesantes".
Las subastas del BCE que se celebraron en 2011 y 2012 sirvieron en gran medida para que algunos bancos tomasen prestado el dinero de la institución a condiciones muy baratas para comprar deuda soberana de países periféricos con vencimientos de dos o tres años, que ofrecían una rentabilidad mucho más elevada.
Se trata de una especie de operación de carry trade (tomar prestado barato para invertirlo donde la rentabilidad es mayor).