
Los taxistas de las principales ciudades europeas se rebelaron ayer contra la irrupción de aplicaciones móviles, como la de Uber, que buscan conductores privados para el transporte de viajeros.
El gremio del taxi de ciudades como Madrid, Barcelona, Londres, París, Berlín, Nápoles y Milán salió ayer a la calle para protestar por el "continuo intrusismo" de estas plataformas en su actividad profesional y por la "ilegalidad" de sus negocios. El éxito de las concentraciones fue rotundo, aunque por otro lado la ausencia de taxis en las calles disparó el número de descargas de Uber.
Sólo en España ayer fue la quinta aplicación gratuita más bajada en el iPhone (la primera de viajes), frente al puesto 321 que ocupó el lunes, y la decimocuarta más descargada en Android y en Londres consiguió incrementar un 850% el número de nuevos clientes respecto a la semana pasada.
Otro de los efectos adversos que trajo la huelga de taxis vino de Bruselas. La vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Telecomunicaciones, Neelie Kroes, echó abajo la calificación de "ilegal" que hace el mundo del taxi de estas incipientes plataformas al asegurar que la huelga de taxistas "no funcionará" y al invitarles a adaptarse a las nuevas tecnologías. "Las aplicaciones de taxi están aquí para quedarse. Tenemos que trabajar con ellas y no contra ellas", dijo.
Las palabras de la comisaria europea sentaron como un jarro de agua fría en el conjunto del sector. Y más, cuando en el caso de España, las autoridades políticas habían movido ficha en los últimos días con la intención de frenar la proliferación de este tipo de aplicaciones móviles.
"La Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT) exige que las personas y empresas que realicen transportes de viajeros por cuenta ajena en vehículos de turismo mediante retribución económica se encuentren previamente autorizados (...) para garantizar unas condiciones de seguridad y calidad adecuadas", recordó el Ministerio de Fomento. En caso contrario, el departamento de Ana Pastor apuntó que las empresas o personas que realicen estos servicios podrán ser sancionadas con multas de 4.001 a 6.000 euros, e incluso aumentar hasta 18.000 en caso de reiteración, y de 401 a 600 euros en el caso de los usuarios que contraten los servicios.
Uber, por su parte, salió ayer en su defensa asegurando que la aplicación "no es el enemigo de los taxis ni del sector". La compañía, que opera en 128 ciudades europeas y que fue valorada la semana pasada en 18.200 millones de dólares (13.450 millones de euros al cambio), respondió a la petición de cese de actividad de la Generalitat de Cataluña alegando entre otras cosas que "la compañía quiere cumplir en todo momento con las normativas que están vigentes en las ciudades donde opera -en España sólo lo hace en Cataluña-, pero que considera que al tratarse de innovaciones empresariales se deben contemplar alternativas que supongan una apertura a modelos de negocio que actúan en beneficio del usuario como es el modelo que plantea Uber".
Seguimiento del 100%
El seguimiento de la huelga en Madrid fue masivo. Según la Asociación Gremial de Auto de Madrid, la huelga tuvo un respaldo del 100% en la capital española quedando sólo unos vehículos para emergencias. Al parón de 24 horas se sumó también una manifestación para "mostrar de forma inequívoca ante el Ministerio de Fomento el sentir generalizado del colectivo" donde participaron más de 10.000 personas que reclamaban una lucha más activa contra el intrusismo y la economía sumergida.
El presidente de la Asociación Española del Taxi y de la Asociación Gremial de Taxi de Madrid, Julio Sanz García, alertó ayer a Europa Press de que estos servicios no cuentan con seguros o carnés y "no dan ninguna garantía" a los ciudadanos. Así pues la concentración del sector terminó ayer con la entrega en Fomento de un documento donde se exige el cumplimiento de la ley vigente y otro tipo de reivindicaciones y con la advertencia de que los actos de protesta serán "cada vez más contundentes si la Administración no tiene a bien el eliminar esta aplicación".
Tanto la Unión de Asociación de Trabajadores Autónomos y Emprendedores de Madrid (Uatae) como la Federación Nacional Empresarial de Transporte en Autobús (Fenebús) mostraron en el día de ayer su apoyo al sector del taxi por las movilizaciones contra los transportes alternativos de Internet.
En otras ciudades europeas, como Londres, miles de taxis negros colapsaron varias calles del centro de la capital británica en protesta por la aplicación móvil Uber. Según el sindicato RMT, "un número estimado de unos 10.000" cabbies (así es como se conoce a estos vehículos) tomaron varias vías que atraviesan algunas de las zonas más importantes y concurridas como Covent Garden, el área cercana al Parlamento de Westminster o la plaza de Trafalgar, para mostrar su descontento.