
La crisis golpea al mítico hotel de lujo madrileño. El Ritz, propiedad de la sociedad de inversión de Alicia Koplowitz (Omega Capital) y de Orient Express, cerró 2012 con un agujero o desfase contable de 66,9 millones de euros, lastrado por su elevado endeudamiento y el deterioro de su negocio en los últimos años. Al fondo de maniobra negativo, fruto de la calificación a corto plazo de créditos hipotecarios por 63,7 millones tras haber incumplido las garantías, se suma que el establecimiento tiene un patrimonio neto negativo de 5,5 millones de euros por la elevadas pérdidas y el deterioro de sus activos, lo que llevó al auditor a dudar de su viabilidad.
El Ritz, que está en venta, arrastra unos números rojos de 46,15 millones de euros (3,317 millones en 2012) y ha visto como su resultado bruto de explotación (ebitda) se ha recortado un 65 por ciento en un solo año. Su futuro depende, entre otras cosas, de que los propietarios consigan reformar el hotel para potenciar el valor del inmueble, impulsar las ventas y recuperar los precios. Sólo en 2012 el ingreso por habitación vendida cayó un 2 por ciento y la ocupación un 1 por ciento.
"Los administradores han decidido llevar a cabo un nuevo plan estratégico que se basará principalmente en la realización de una reforma en el hotel. Aunque las circunstancias anteriormente descritas indican la existencia de una incertidumbre significativa sobre la capacidad de la sociedad para continuar con su actividad de forma que pueda realizar sus activos y liquidar sus pasivos (...) las presentes cuentas han sido formuladas bajo el principio de empresa en funcionamiento, basado en que los Administradores consideran que la Sociedad seguirá recibiendo apoyo financiero de sus accionistas y que el cumplimiento del plan estratégico mencionado generará los recursos necesarios para hacer frente a sus pasivos, estando por tanto la continuidad del negocio sujeta al cumplimiento de dichas condiciones", reza el auditor en las cuentas de 2012, últimas disponibles.
Así, el auditor condiciona la continuidad del hotel a que los socios sigan inyectando fondos y a que ejecuten la reforma del hotel, una obra que se planteó en 2007 con una inversión de 100 millones y que se ha ido retrasando por la falta de permisos del Ayuntamiento. El plan busca que la obra finalice en 2016.
Alicia Koplowitz y Orient Express, que pagaron 125 millones por el céntrico inmueble en 2003, han inyectado 36,2 millones en el Ritz para evitar que la banca se quede con el hotel, que está como garantía de unos créditos hipotecarios de 63 millones.
El mítico establecimiento no genera ingresos suficientes para hacer frente a los vencimientos (cayeron un 6 por ciento en 2012), lo que ha obligado a ambos accionistas a salir al rescate desde, al menos, 2009. La última aportación la realizaron en 2013, por 6,3 millones.
El Ritz utilizó los fondos para pagar un vencimiento de 4,88 millones de uno de los créditos que tenía con Eurohypo, su principal acreedor. En 2011 y 2012, la firma utilizó las aportaciones extra para devolverle otros 11 millones. El Ritz, que empezó a renegociar su deuda en 2013, cerró 2012 con un pasivo a corto plazo de 88 millones, que incluye préstamos por 64 millones, una línea de crédito con el Santander por 1,8 millones y deudas a corto con sus dueños de 18 millones.