El operador de cable Ono, en el punto de mira de Vodafone, cerró 2013 con pérdidas. En total registró unos números rojos de 25 millones de euros y registró un descenso del 8,8% del Ebitda.
Ono ha anunciado que cerró el pasado año con unas pérdidas de 25 millones de euros, unas cifras con signo negativo que contrastan con el beneficio de 52 millones que tuvo un año antes.
El Ebitda cayó un 8,8% hasta los 686 millones de euros presionado por la debilidad del consumo de los hogares y el aumento de la competencia. Aunque la compañía ha matizado que en términos recurrentes el descenso fue del 6,1%.
Los ingresos del grupo subieron un 1,6% hasta los 1.598 millones, gracias a la evolución favorable del segmento empresarial y el tirón del negocio móvil.
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