Los problemas judiciales y los impagos de la familia Ruiz-Mateos cruzan la frontera. Un juez italiano ha condenado a Nueva Rumasa, la empresa que controlaba José María Ruiz-Mateos y sus seis hijos varones, a pagar 962.984 euros al despacho de abogados Wilkie Farr & Gallagher por sus trabajos de asesoría y mediación en la compra de Parmalat España en julio de 2007 por 188 millones de euros.
Según la sentencia del tribunal italiano, a la que ha tenido acceso este diario, los profesionales y abogados que participaron en la operación de compra de la matriz de Clesa, Letona y Cacaolat pidieron unos honorarios de 400.000 euros por su trabajo, una cantidad que los hermanos Ruiz-Mateos se negaron a abonar.
La contraoferta José María Ruiz-Mateos Rivera fue un pago de 30.000 euros, cantidad que no llegaba ni para pagar los billetes de avión entre Roma y Madrid que tuvieron que comprar para asistir a las diferentes reuniones, según denuncian.
El magistrado italiano, que ha aceptado la denuncia de los abogados, asegura en la sentencia que, teniendo en cuenta el monto de la operación -188 millones de euros-, el trabajo prestado está valorado en un mínimo de 481.192 euros y un máximo de 1,9 millones de euros. Por ello, condena a la familia a pagar casi un millón de euros más los intereses de demora desde 2007.
La compra de Parmalat España no estuvo exenta de accidentes. Cuando la operación estaba casi cerrada en 2006, José María Ruiz-Mateos Rivera la rompió. Así, Begoña Ruíz-Mateos y su marido, Antonio Biondini, viajaron a Italia para recuperar la operación de compra que finalmente se finalizó el 4 de julio de 2007 y fue financiada por el Banco Santander y Royal Bank of Scotland.
Cuando Parmalat pasó a manos de Nueva Rumasa ésta vendió los terrenos de Cacaolat Barcelona por 90 millones de euros e hipotecaron la fábrica de Clesa en Alicante por 30 millones. En 2009, Clesa arrastraba una deuda de 1.000 millones.