
Caja Madrid fue uno de los grandes financiadores del Ayuntamiento de la capital durante el mandato de Miguel Blesa, especialmente en la etapa en la que Alberto Ruiz Gallardón era el primer edil. Según los informes de la entidad, entre 2004 y 2009 concedió 1.366,324 millones de euros, entre cuentas de créditos y préstamos sindicados. El juez del caso Blesa hablará en el Foro de Iuris&Lex el día 13 de junio.
La cuantía es especialmente relevante el último ejercicio en el que Blesa fue presidente de la caja, 2009, con más de 455 millones, un tercio de lo otorgado en todo el periodo. Ese año fue el de la guerra interna en la entidad, en la que Gallardón fue el gran aliado del banquero jienense para mantener el sillón frente a Esperanza Aguirre, que pretendía sentar a su número dos, Ignacio González.
El ahora ministro de Justicia continúa defendiendo a Blesa. Tras la encarcelación de éste último, Gallardón manifestó públicamente su satisfacción por la decisión de la Fiscalía de recurrir el auto de prisión por los presuntos delitos en la compra de City National Bank of Florida y el crédito irregular concedido al expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. La Audiencia decidirá el viernes sobre la nulidad de la causa. Gallardón afirmó que es una "garantía el hecho de que sea un órgano colegiado de jueces quien decida si estas conductas son o no merecedoras de una situación preventiva de libertad".
El dirigente político llegó a la Alcaldía de Madrid en 2003, tras haber gobernado la Comunidad durante años. A partir de entonces puso en marcha un proyecto de obras faraónicas que condujeron a un rediseño profundo de algunas zonas de la capital. Entre sus planes más ambiciosos se encuentran los túneles de la M-30 o la nueva sede del Consistorio, que supuso la remodelación del antiguo Palacio de las Telecomunicaciones, en la emblemática Plaza de Cibeles.
Todas estas obras llevaron al Ayuntamiento a elevar la deuda en 2010 a la cantidad de 7.200 millones de euros, buena parte de los cuales eran préstamos concedidos por Caja Madrid. Esta factura, en su mandato como alcalde, convirtieron a la capital en la ciudad más endeudada del país, tras haber aumentado el importe por más de seis.
Según la documentación de Bankia -grupo liderado por la caja tras la salida de Blesa-, la exposición de la entidad al Consistorio de la capital se situaba en los 1.645 millones en 2010, casi la mitad del riesgo asumido con todas las administraciones locales de nuestro país, incluyendo avales y otro tipo de productos bancarios.
La cuantía otorgada a lo largo de los años por la caja a la institución que gobernaba Ruiz Gallardón contrasta con la operativa llevada a cabo en el conjunto del sector. Por ejemplo, entre 2004 y 2009, La Caixa concedió apenas 111 millones en líneas de financiación al Ayuntamiento de Barcelona, y Bancaja dio menos de un millón de euros al de Valencia.
La relación entre Blesa y Gallardón es personal y, al menos, se remonta a 1996, cuando el primero llegó a la presidencia de Caja Madrid de la mano de José María Aznar. Desde entonces y, sobre todo en momentos complicados para el banquero, el ahora ministro de Justicia ha salido en su defensa.
En la actualidad, Blesa está pasando por sus peores momentos. Se encuentra en la prisión de Soto del Real por el riesgo de fuga y el peligro de destrucción de pruebas, según el magistrado Elpidio José Silva. En estas circunstancias, Gallardón pretende echarle una mano. El Ministerio Público, dependiente del propio Gallardón, reclama a la Audiencia Provincial la nulidad de la causa, al oponerse a la reapertura ordenada por Silva el pasado mes de noviembre ,después de que hubiera sido sobreseída provisionalmente en 2010.
La posible nulidad, según las mismas fuentes, podría tener como efecto la puesta en libertad de Blesa, pese a que éste está encarcelado por un asunto distinto al que comenzó a investigarse.