Empresas y finanzas

El auditor halló facturas falsas en la filial chilena que Pescanova quiere vender

  • HSBC ha solicitado ya el concurso forzoso de la compañía en el país andino

Pescanova hace aguas. Una de las pocas vías de escape que le quedaban al presidente de la empresa, Manuel Fernández de Sousa, era la venta de Pesca Chile, la filial en el mercado chileno, por la que esperaba ingresar más de 250 millones de euros. Pero a esta compañía se le están acumulando también los problemas. El banco HSBC ha solicitado ya su concurso necesario -si es admitido a trámite los actuales gestores podrían ser apartados de sus cargos- y, según ha podido confirmar elEconomista en fuentes financieras, el auditor, que también es BDO, ha detectado también numerosas irregularidades en esta filial. Según parece habría documentos y facturas falsas o sin justificar.

Este es uno de los motivos por los que los auditores se han negado a emitir un informe de las cuentas de Pesca Chile, la matriz de Acuinova, del ejercicio 2012.

Tras meses de negociaciones con dos empresas noruegas -Marine Harvest, el líder mundial en la producción de salmón, y Cermaq- Pescanova logró un principio de acuerdo en 2012 para el traspaso de las dos firmas chilenas que gestionan este negocio: Acuinova y Nova Austra, con plantas de procesado y centros de cultivo en el país, e integradas en ambos casos en Pesca Chile.

La joya de la corona

Aunque perdía una de las joyas de la corona dentro del grupo -Pescanova hubiera mantenido la actividad de pesca extractiva-, el importe de la operación hubiera permitido a la compañía atender de sobra todos los compromisos financieros previstos para este año. El problema es que el acuerdo se rompió y Fernández de Sousa se vio atrapado entre la espada y la pared.

En el consejo celebrado el pasado 28 de febrero pidió por ello a los accionistas que acudieran a una nueva ampliación de capital. Fue Damm, que ostenta un 6,18% del grupo, la que levantó la voz para decir que antes quería ver las cuentas, algo a lo que Fernández de Sousa se opuso. El presidente inició así su particular huida hacia adelante, con dos ultimátums por parte de la CNMV para que hiciera públicos sus resultados y la declaración primero del preconcurso y, posteriormente, del concurso de acreedores, enfrentándose abiertamente no sólo a los accionistas, sino también a la banca acreedora.

El pasado martes la CNMV rechazó por segunda vez sus cuentas, ya que no habían sido elaboradas "de acuerdo con los estándares de contabilidad exigibles", anunció que monitorizará la auditoría forense, encargada a KPMG y advirtió de la apertura de posibles expedientes sancionadores "de conformidad con la normativa de aplicación". Fernández de Sousa se había limitado a enviar unos datos sin el aval del auditor ni la firma de los consejeros. La CNMV está estudiando ahora mismo mecanismos legales para buscar su destitución.

Una de las posibilidades que se abre es la de la intervención por parte del supervisor, otra que sea la Fiscalía Anticorrupción la que abra un proceso legal y la última, y más probable en este momento, es que se intente inhabilitarle mediante un expediente sancionador.

Sea como fuere, Fernández de Sousa está ya completamente aislado. Al margen de la CNMV, cada vez cuenta con menos apoyos en el consejo de administración, y la banca acreedora ha dejado ya claro que sólo se sentará a negociar cuando cambien los gestores.

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