Empresas y finanzas

Hallan carne de caballo en canelones de La Cocinera y en las albóndigas del Ikea

  • Nuevos fraudes al consumidor: el escándalo va en aumento
  • Las albóndigas de Ikea han sido retiradas en España y otros países

El escándalo de la carne de caballo sigue creciendo en Europa. Inspectores de la República Checa han encontrado carne equina en las albóndigas vendidas en las tiendas de la multinacional Ikea, mientras que en España se ha detectado en el relleno de los canelones de la marca La Cocinera.

De hecho, Nestlé, fabricante de los canelones, ya los ha retirado, así como otros cinco productos más: fusilli boloñesa Buitoni, empanada gallega de carne La Cocinera, relleno de carne La Cocinera, gratén de berenjenas La Cocinera y empanadillas de carne La Cocinera.

Nestlé ya se vio obligada la semana pasada a retirar tortellini y raviolis de carne de la marca Buitoni, a la venta en España e Italia, así como de la lasaña a la boloñesa Gourmand, producida en Francia y dirigida a la hostelería.

Las albóndigas con carne de caballo

Las autoridades checas han confirmado que los paquetes de albóndigas congeladas que contenían caballo estaban hechas en Suecia y etiquetadas como de ternera y cerdo, y su destino eran las tiendas de la multinacional donde se ofrecen productos típicos del país escandinavo. En concreto, han frenado la comercialización de alrededor de 760 kilos de estas albóndigas fraudulentas.

Un portavoz de la compañía sueca ha explicado que estas albóndigas han sido comercializadas en la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Francia, Italia, Reino Unido, Holanda, Portugal, Grecia, Chipre, Irlanda y Bélgica, pero que han sido retiradas. También han sido retiradas de España.

"Se trata de un lote muy concreto", como han asegurado  fuentes de Ikea Ibérica, que ha optado por retirar todas las albóndigas de la venta en sus catorce establecimientos hasta obtener los resultados de los nuevos análisis, pese a que los realizados por las autoridades checas sólo afectan a un lote de albóndigas disponible en la tienda sueca.

Hace dos semanas, el grupo Ikea inició análisis de ADN de todos sus productos cárnicos, con el chequeo de doce muestras de diferentes lotes de albóndigas que no mostraron trazas de carne de caballo.

"Para validar los resultados de las pruebas realizadas por las autoridades checas, estamos realizando nuevos análisis. Esperamos recibir los resultados en los próximos días", ha señalado la firma en un comunicado. La firma ha asegurado que trabaja "en estrecha colaboración" con todos los proveedores de materias primas, alimentos procesados... y servicios para asegurar que nuestro código de conducta IWAY se cumple en todos los procesos de compra.

Por otro lado, la República Checa también ha detectado carne de caballo en hamburguesas importadas de Polonia, a lo que hay que unir la encontrada en lasaña importada desde Italia y vendida en los supermercados Tesco la semana pasada.

Primer caso de producto hecho en España

Mientras, en España, el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha dicho este lunes que se ha detectado un primer caso de fraude por la presencia de carne de caballo en "canelones con relleno de carne" etiquetados como vacuno y que se ha informado del caso a las comunidades autónomas y empresas afectadas.

Fuentes del Ministerio consultadas por Europa Press precisaron que el positivo detectado corresponde a la marca La Cocinera, propiedad de la multinacional suiza Nestlé.

"Desde primeros de febrero venimos haciendo análisis en los puntos de consumo y una de las muestras ha dado resultado positivo, con restos de ADN de caballo", ha indicado en declaraciones a la prensa en Bruselas, en donde Arias Cañete discutirá con sus colegas europeos los últimos acontecimientos de esta crisis que afecta ya a varios países de la UE.

Arias Cañete ha evitado dar detalles sobre el origen de la muestra que ha dado positivo y se ha limitado a señalar que se trataba de "canelones con relleno de carne en la península ibérica" y que dicha prueba ha sido "tomada en Madrid". "Hemos informado ya a las Comunidades Autónomas, a las autoridades de consumo y a las empresas afectadas", ha añadido.

Un programa europeo para detectar el fraude

Con este ejemplo, el ministro ha querido destacar que España "se ha anticipado" al plan europeo pactado por los 27 para realizar test con los que rastrear en todos los países de la UE rastros de ADN de caballo en los alimentos transformados y comercializados como vacuno. También deben realizar pruebas para detectar la eventual presencia de un analgésico de uso animal llamado fenilbutazona.

El programa de control lanzado a escala europea comenzará con las pruebas formalmente el próximo 1 de marzo, durante un periodo de un mes prorrogable dos meses más, con el objetivo de que los primeros resultados sean públicos el 15 de abril.

El Ministerio trabaja en coordinación con las Comunidades Autónomas para articular el procedimiento y que el trabajo sea "lo más eficaz posible", ha explicado Arias Cañete, que ha apuntado que España realiza pruebas similares desde principios de este mes.

Sobre la necesidad de revisar las normas europeas en materia de etiquetado, tal y como defiende con fuerza Francia, el ministro español se ha mostrado cauto, ya que considera que no es "necesario en este momento". "Lo que hace falta es hacerlas cumplir (las normas)", ha indicado a la prensa, para incidir en que existen reglas que regulan el etiquetado pero que hay que perseguir los casos de "fraude".

"Lo que hay que hacer ahora es hacer caer todo el peso de la ley sobre los que han infringido los procedimientos, no creo que se deba aprovechar la ocasión para hacer cambios de normas, cuando realmente la normativa comunitaria permite seguir la trazabilidad perfectamente y garantiza que los consumidores estén protegidos", ha zanjado.

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