
El expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y sus dos principales testaferros, Ángel de Cabo e Iván Losada, fueron detenidos el pasado 3 de diciembre y están desde entonces en prisión por la presunta quiebra fraudulenta del grupo Marsans. Pero el caso no está ni mucho menos resuelto.
La Policía está investigando si hay otras personas aún en libertad -entre ellos Antonio de Cabo, el hermano de Ángel- que podrían seguir ocultando gran parte del patrimonio del empresario.
La investigación se ha iniciado a raíz de una denuncia presentada por Joaquín Yvancos, abogado de Rumasa durante tres décadas y conocedor de la trama, ya que, al igual que Díaz Ferrán, la familia Ruiz-Mateos también encargó a De Cabo ocultar su patrimonio a los acreedores y salvar todo lo que pudiera.
Según Yvancos, "Antonio de Cabo, que no está imputado en el proceso, sigue manteniendo un altísimo nivel de vida, tiene en su poder parte del dinero desviado y disfruta de algunos de los bienes adquiridos con lo que se sacó de las liquidaciones fraudulentas, como un yate de su hermano, valorado en un millón de euros".
Prácticas ilícitas
Aunque se lleva dedicando a la liquidación de empresas una década, se calcula que Ángel de Cabo podría haber sumado en los últimos cinco años, a raíz de la crisis económica y de la entrada en concurso de acreedores de numerosas empresas, unos 200 millones de euros. Además de Marsans o Rumasa, se hizo por ejemplo con el control de la constructora Teconsa, implicada en el caso Gürtel; además de Construcciones Azagra, Omega o Urbacivil.
El letrado ha llevado ante la Policía Nacional todo tipo de documentos, la mayoría aportados por antiguos colaboradores del liquidador valenciano, que demostrarían las prácticas ilícitas. "Presumía de llevar a cabo prácticas de soborno y extorsión para asegurarse el apoyo necesario. Contrataba a detectives y elaboraba dossiers sobre quien hiciera falta", explica.
De acuerdo con el auto del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, tan sólo con Marsans habría conseguido evadir 50 millones de euros mediante una red de sociedades pantalla en Suiza, Liechtenstein, Chipre, Malta y Hong Kong creadas por el fiscalista Rafael Tormo. Lo llamativo es que, pese a esto, y a que, supuestamente, su hermano sigue controlando grandes sumas de dinero, Ángel de Cabo no ha depositado aún la fianza que le fijó el juez por el mismo importe y que le hubiera permitido salir de prisión.
Desde el entorno de De Cabo se insiste en que no tiene dinero para afrontar el pago de la fianza, pero eso es algo, que hoy por hoy, el juez no se cree, por lo que se ha negado a rebajar el importe.
Según explican las fuentes consultadas, "su problema, además, es que si pagan la fianza, estarían reconociendo su culpabilidad, porque admitirían que tienen dinero".