Empresas y finanzas

Barceló solo comprará Orizonia si logra una quita del 70% de la deuda

  • El touroperador sufre problemas de liquidez y necesita capital para sobrevivir

La compra de Orizonia por parte Barceló esta todavía pendiente de cerrar muchos flecos. El punto más delicado de la negociación es el futuro de la deuda de 620 millones de euros que arrastra el touroperador que preside Fernando Conte. El grupo sufre serios problemas de liquidez que amenazan su supervivencia.

El grupo Barceló ha reconocido su interés en hacerse con Orizonia pero, según informan fuentes cercanas a la operación, sólo está dispuesto a asumir una parte del endeudamiento, inyectar unos 60 millones de capital y atender la deuda comercial del grupo. A parte de ahí toca negociar una más que sustancial quita de al menos el 70% de la deuda para poder hacer viable la operación. De aprobarse la oferta de Barceló, supondría la salida de los fondos Carlyle, Vista e ICG de capital de Orizonia.

La matriz de Vivo Viajes (la antigua Viajes Iberia) apenas tiene un ebitda de 45 millones pese a haber registrado una facturación de más de 2.300 millones en los últimos ejercicios, tal y como anuncia la propia compañía. Con ese beneficio bruto antes de impuestos, amortizaciones y depreciaciones es imposible afrontar el pago de 620 millones de deuda en los próximos años.

El ratio deuda/ebitda es de 13,7 veces, un nivel muy elevado para conseguir financiación bancaria y demasiado arriesgado para que sea asumido por un comprador. Por eso, fuentes cercanas al grupo explican que se está negociando una quita de, al menos, el 70 por ciento de la deuda para bajar el ratio hasta las tres veces deuda/ebitda. Es decir, lograr un equilibrio financiero en línea con el mercado -Thomas Cook tiene una deuda que es dos veces su ebitda y TUI tiene caja -.

La negociación supone rebajar la deuda de Orizonia desde 620 millones hasta los 140 millones de euros como mínimo, incluyendo los 60 millones de euros que el grupo Barceló está dispuesto a inyectar para asegurar que Orizonia siga funcionando y que podría traducirse en una capitalización de parte de la deuda del grupo.

"El mercado es muy volátil y no se pueden soportar apalancamientos tan elevados con una generación de beneficios tan limitada. Incluso reducirlo sólo hasta dejar una deuda de 250 millones es una cuenta muy optimista", explican fuentes cercanas a las negociaciones.

Rechaza la oferta de Vista

La banca acreedora, entre la que se encuentra Bankia, ya ha asumido que tiene que realizar una sustancial quita para dejar el grupo más saneado. El quid de la cuestión reside en cuánto están dispuestos a asumir. Por su parte, el principal accionista de Orizonia, el fondo de capital riesgo Carlyle, ya ha asumido que va a perder la inversión que realizó en 2006, cuando se hizo con el 55 por ciento del grupo turístico español.

El consejo y la banca acreedora se han centrado en la oferta de Barceló tras rechazar la lanzada por dos de sus accionistas: los fondos Vista Capital y ICG. Después de que Carlyle anunciara que no iba a seguir invirtiendo dinero en la compañía, los otros dos fondos se mostraron dispuestos a capitalizar deuda y acudir a una ampliación de capital para sanear la empresa.

La oferta que los fondos presentaron incluía una quita muy elevada y la conversión de la deuda de ICG, que tiene un 5 por ciento del Orizonia, de mesaline (con menos preferencia) a senior y la inyección de 60 millones. Esa oferta supondría que el touroperador quedaría en manos de los dos fondos.

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