Empresas y finanzas

Reino Unido, Francia y Alemania se plantan contra la evasión fiscal

  • Promueven una campaña de presión para que las multinacionales paguen

El alcance de las aplicaciones de la ingeniería financiera para permitir a las multinacionales escapar del fisco ha provocado una 'entente cordiale' en el eje Londres-Berlín-París. Con Reino Unido como foco principal en el debate acerca de la legitimidad de las herramientas empleadas por gigantes como Starbucks o Amazon, los ministros de Finanzas de la 'entente' han unido fuerzas para presionar a la OCDE para combatir la evasión fiscal.

Y es que ya que las fórmulas que las corporaciones utilizan para evitar una mordida tributaria sobre sus beneficios no son ilegales, los países que más las sufren cuentan sólo con un potencial pacto supranacional como alternativa a ver cómo cada año cuantiosas partidas dejan de entrar en el erario.

Un estudio acometido en Reino Unido cifró en más de 12.000 millones de libras los que la Agencia Tributaria ve volar al año por prácticas que exprimen los vacíos legales. Sin embargo, con una tercera recesión en el horizonte, el Ejecutivo de David Cameron tampoco puede permitirse endurecer unilateralmente la legislación, puesto que se arriesga a que las compañías decidan abandonar suelo británico en beneficio de plazas menos hostiles. El problema, sin embargo, supera sus fronteras y ha llevado a Francia y Alemania a sumar activos para promover una campaña de presión para acelerar las reformas necesarias para evitar un fenómeno que en Reino Unido ha obligado al Gobierno a intervenir.

A la espera de los anuncios de George Osborne en el Comunicado de Otoño de la próxima semana, las vergüenzas han quedado expuestas en una investigación conjunta del diario The Guardian, la producción de la BBC 'Panorama' y el colectivo con sede en Washington International Consortium of Investigative Journalists.

El nivel de fraude perpetrado por miles de compañías para evitar cargas impositivas quedó ayer mismo expuesto en el programa de investigación de la cadena británica, que emitió un especial que provocó una airada reacción en las redes sociales. El próximo sábado, los establecimientos de Starbucks en Reino Unido deben prepararse para una cadena orquestada de protestas para denunciar la reiterada negativa de la cadena a pagar el impuesto de Sociedades en Reino Unido, valiéndose del acuerdo que tiene suscrito con Holanda y la inestimable ayuda de su rama empresarial en Suiza.

El titular de Negocios ha prometido actuar ante tácticas como el nombramiento de cúpulas falsas radicadas en paraísos fiscales o plazas de legislación laxa. Sin embargo, su articulación entra, todavía, en el abanico del vacío legal, lo que maniata el margen de maniobra de la voluntad del ministro Vince Cable.

De ahí el movimiento emprendido por Osborne, Schäuble y Moscovici en una carta en la que retoman el debate promovido a principios de noviembre con el resto de sus colegas del G-20. La cita marcada en rojo en el calendario es febrero, será entonces cuando la OCDE presente ante el grupo de las principales economías y países emergentes un informe sobre cómo detener los mecanismos que permiten el movimiento de beneficios.

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