
Iberdrola y La Caixa han empezado a sondear la posibilidad de crear un gran campeón energético europeo junto a Gas Natural. Y es que la gasista se fusionaría con la eléctrica o compraría un 30 por ciento del capital. La eléctrica, no obstante, desmintió ayer oficialmente a este diario que se hayan producido contactos con La Caixa y aseguran que un proyecto así iría en contra de lo que siempre han dicho: que no se puede hacer nada en España.
Asimismo, fuentes oficiales de la entidad financiera catalana señalaron que, en estos momentos, no están pensando en en operaciones corporativas. Además, ni Gas Natural, ni Repsol YPF han tratado en su consejo de administración este extremo, tal y como se encargó la petrolera de asegurar tras las declaraciones del presidente de Banca March, Carlos March.
Pese a todo, fuentes de toda solvencia consultadas por este diario confirmaron el inicio de contactos oficiosos durante esta misma semana, que se prolongarán en fechas próximas. El esbozo preliminar de la operación consistiría en colocar a la Caixa como el principal accionista de Iberdrola y que Ignacio Galán sea el presidente y primer ejecutivo de este gran grupo.
Escenarios para un acuerdo
Los dos escenarios que se han barajado, en un principio, para ejecutar la operación consisten en una fusión entre Iberdrola y Gas Natural o en una compra de un 30 por ciento de la eléctrica por parte de la gasista catalana.
La eléctrica ha puesto en marcha toda su artillería para defenderse de la operación que están analizando ACS y EDF. Iberdrola tiene trabajando a un equipo de bufetes de abogados y bancos de inversión para diseñar su estrategia desde que se conociera el interés de EDF.
La estrategia planteada va dirigida a ganarse el apoyo de los distintos ambientes políticos, ya que no supone trocear Iberdrola y, además, se mantendría los actuales centros de decisión de Barcelona y Bilbao, lo que serviría para contentar tanto a la Generalitat de Cataluña como al Gobierno vasco.
Aunque el diseño aún esté en el aire, la fusión entre ambas empresas supondría reducir considerablemente el peso de ACS en Iberdrola y desbaratar los planes de ACS junto a Electricité de France.
Esperando a las elecciones
Los caminos, no obstante, están abiertos y es difícil que se produzca movimiento alguno hasta después de las elecciones generales, por lo que los contactos se han llevado con una gran cautela y en fuentes conocedoras de ellos se insiste en que la operación está aún "muy verde".
Gas Natural ya intentó comprar Iberdrola en el año 2003. La gasista fracasó en aquel momento por la prohibición de la Comisión Nacional de Energía, presidida entonces por Pedro Meroño. En aquella ocasión, la gasista preveía desinversiones de alrededor de 5.000 millones de euros, entre redes de distribución de gas y plantas de generación.
Iberdrola, por contra, se defendía alegando la existencia de riesgos significativos y efectos negativos sobre las actividades reguladas: por el incremento notable del endeudamiento, las desinversiones en activos, reducción en las inversiones, así como riesgos sobre el equilibrios económico-financiero de la entidad resultante. Ahora muchos de aquellos problemas podrían superarse, ya que la venta de activos que provocaría la operación serviría para reducir notablemente el endeudamiento. Los candidatos a comprar activos además sería muchos, incluida la propia Unión Fenosa y además se podría llegar, al igual que pasó con Endesa a un acuerdo a tres bandas.