
Standard & Poor's se muestra poco optimista sobre el sector financiero europeo, que se enfrenta a grandes incertidumbres y retos, como el acceso a la financiación por la crisis de deuda soberana y los temores a una nueva recesión. No obstante, la agencia de calificación distingue entre las entidades más y menos solventes, cuya brecha se ha acrecentado en los últimos meses.
En un informe en el que analiza los cincuenta mayores grupos financieros del Viejo Continente, destaca el ranking de la nota crediticia que otorga a cada uno de ellos. En la clasificación, los dos gigantes españoles, BBVA y el Santander, aparecen en los puestos de arriba. Uno y otro ocupan el tercer y cuarto escalón, respectivamente, por calidad del rating.
Eso sí, ambos permanecen con la espada de damocles ante una posible rebaja de su calificación en el caso de la situación empeore o lleven a cabo alguna adquisición.
S&P coloca como la más solvente de las entidades a la holandesa Rabobank y sitúa a La Caixa en el peldaño duodécimo. Y deja al Sabadell, Bankia y Popular más allá del trigésimo.
Según el análisis realizado por los expertos de la agencia, el mayor peligro es la vuelta a la recesión global, ya que los bancos tendrían que hacer frente a mayores provisiones contra impagos. El informe señala que si la situación económica es similar a la de 2009 -tras la quiebra de Lehman Brothers- el aumento de las insolvencias crediticias podría ser superior.
Para algunas entidades, no sólo la situación de Europa podría pasarles factura. Así, por ejemplo, sobre BBVA sostiene que una de las claves de su futuro es el desarrollo de su franquicia en estados Unidos.
Algo más optimista se manifiesta sobre el Santander, que avala su elevada diversificación y la política de compras realizada durante la crisis, aunque también avisa de las consecuencias que acarrearía al banco una absorción de tamaño significativo. El mismo mensaje desarrolla sobre el Sadadell. S&P sostiene que se vería obligado a rebajar el rating de la entidad catalana en caso de que ésta llevara a cabo alguna operación corporativa. La agencia recuerda el apetito de expansión del grupo que preside Josep Oliu, como demostró con la compra del Guipuzcoano o la participación en la puja por CajaSur el año pasado.
En cuanto a las otras tres entidades españolas, el informe hace hincapié en las fortalezas a medio plazo del Popular, La Caixa y Bankia. Sobre esta última mantiene la mejor visión tras su salida a bolsa en julio y no descarta, incluso, aumentar su rating. Eso sí, esta actuación está condicionada a los resultados que obtenga como consecuencia del proceso de reestructuración en el que está inmersa y los ingresos que obtenga en el futuro.
A La Caixa, por su parte, le recomienda una mayor diversificación geográfica con el aumento del negocio en el exterior, debido a que una concentración de la actividad en España supone un lastre, mientras que al Popular le avisa de un deterioro mayor del previsto sobre sus activos.