
Renfe cogerá las riendas de la docena de empresas españolas que participan en el proyecto para construir el AVE a La Meca.
Según explican fuentes conocedoras del proceso a este periódico, el operador ferroviario público ejercerá de portavoz -bajo la supervisión del Ministerio de Fomento- y liderará las conversaciones con las autoridades saudíes para pulir los detalles de este megacontrato, valorado en 7.000 millones de euros.
Las mismas fuentes añaden que la fecha prevista para la firma del contrato final es el mes de octubre. "Aunque parece que es mucho margen de tiempo, hay que contar que este año el mes de Ramadán cae a comienzos de agosto y durante 30 días la actividad de la negociación se paralizará", añaden.
A partir de ese momento, el consorcio español tendrá más de dos años para ejecutar su parte del contrato, que incluye material rodante, señalización, superestructura, balasto, operaciones y mantenimiento durante doce años.
Retraso superior al año
La fecha inicial límite para la ejecución de esta segunda fase del contrato era, según recoge la documentación oficial, finales de 2012. Pero en este escenario, la firma se tendría que haber producido en el tercer trimestre de 2010, una fecha que se retrasará más de un año entre otras razones porque la obra de la primera fase (la plataforma de la vía) todavía no está terminada.
Renfe Operadora, además de ser la responsable de la circulación de los trenes cuando el proyecto esté en marcha, es el mayor accionista del consorcio, con un porcentaje del 39%. Preguntado por el liderazgo en las negociaciones, un portavoz oficial de la compañía presidida por Teófilo Serrano no quiso realizar comentarios y recordó la prudencia y cuidado con la que tiene que llevarse el proceso.
Razón no le falta. Al contrario de la firma de un contrato al uso como se conoce en Europa, nadie impediría a las autoridades saudíes rescindir su acuerdo con el consorcio español sin tener la obligación de pagarles una compensación millonaria a los perjudicados.
Dentro de la oferta española, el material rodante se fabrica por Talgo, que ha tenido que echar mano de Bombardier como subcontratista para la propulsión de su tren S-112. En principio, la compañía presidida por Carlos de Palacio y Oriol había presentado su nuevo AVE, denominado Avril, pero las autoridades saudíes prefirieron cambiar las especificaciones e incluir en la licitación un tren que tenga experiencia probada desde el año 2008, como es el caso del S-112. Este cambio también ha sido una de las razones del retraso.
El consorcio perdedor, liderado por los gigantes franceses Alstom, como fabricante del material rodante, y SNCF, como operador ferroviario, habían presentado la oferta con el tren TGV Atlantique, que también cuenta con décadas de funcionamiento. Se calcula que la oferta española es un 20% más barata que la propuesta económica del consorcio galo y con un mayor desarrollo tecnológico.
La obra civil del proyecto estará liderada por OHL y Copasa, que tienen una carga de trabajo similar (un 9%) en la licitación.