
Javier Tallada puso ayer la nota discordante en la junta de accionistas de Ezentis. El inversor y expresidente de la antigua Avanzit se enfrentó a gritos por un lado al consejo de administración presidido, al que acusó que de mala gestión y, por el otro, con los accionistas, que le acusaron de especular a la baja con los títulos de la compañía. El exfinanciero amenazó con vender el 6,44%de las acciones que tiene de la compañía y abandonar su cargo de consejero.
El plazo que marcó para marcharse fue la resolución del conflicto que todavía mantiene con el banco japonés Nomura (posee el 14,35% de la compañía a través de Tss Luxembourg) por un supuesto incumplimiento del contrato sindicado de acciones firmado en 2008 por el cual ambos accionistas se comprometían a no vender títulos de Ezentis durante un periodo de tiempo.
Tras su intervención, que siguió a la de Mario Armero, presidente de la compañía, no recibió el apoyo de casi ningún miembro de la junta. Todo lo contrario, TSS Luxemburgo le recordó a Tallada que le había ofrecido en tres ocasiones en el último mes la oportunidad de cancelar el pacto, por lo que no tiene que esperar a la resolución del laudo. El presidente, con el que se enfrentó directamente, también le insinuó que la puerta está abierta.
El exfinanciero, que abandonó la mesa del consejo y se sentó con los accionistas también tuvo un fuerte enfrentamiento con ellos. En el turno de palabra uno se levantó y acusó a Tallada de haber adoptado posiciones cortas sobre el valor de Ezentis. El expresidente de la compañía, que es famoso en el mercado por haber amasado parte de su fortuna vendiendo a la baja, exigió, a gritos, que constara en acta que aquellas acusaciones eran falsas y salió de la junta entre desaires.
En lo que va de año las acciones de Ezentis han caído un 48,3%, un descenso que se vio agravado con la solicitud del preconcurso de acreedores de la filial de infraestructuras. El anuncio trajo consigo unas caídas del 30% coincidiendo con el resurgimiento de las posiciones cortas en el valor por primera vez de octubre de 2010.
El comportamiento de Tallada fue un caso aislado en la junta de accionistas. Tras la presentación de Armero del informe de gestión y de las cuentas de 2010 se procedió a la votación de los acuerdo que se aprobaron con una amplia mayoría del 70%. A lo largo de la junta de accionistas, la compañía presentó las líneas generales de un plan de viabilidad para la filial de infraestructuras. Dicho plan incluye una reestructuración de la deuda y el negocio.