
Si el sector español de las energías renovables mantiene su posición entre los líderes mundiales al final de esta crisis no será gracias a los poderes públicos. Las críticas contra el marco legislativo en España han arreciado en Bruselas en la Semana de la Energía Sostenible en la UE, del 11 al 15 de abril.
Evento en el que se constató que la energía verde está de moda por méritos propios y deméritos ajenos: la tragedia nuclear en Japón, y el encarecimiento de los precios del petróleo por las revueltas en Oriente Próximo y el Norte de África.
"Es completamente aberrante", afirmó Eleni Despotou, secretaria general interina de la Asociación de la Industria Fotovoltaica Europea (EPIA, sus siglas en inglés), sobre el recorte de primas a la energía solar decretado con efecto retroactivo por el Gobierno español.
"Estamos contra toda medida retroactiva. Y es lo que la Comisión Europea ha dicho también", reiteró la representante de EPIA. También argumentó que "cuando un inversor invierte, hay una seguridad jurídica que le da la ley, y él hace un plan de negocio sobre el marco legal actual. Si el marco cambia, su plan cae por la borda e introducimos, como también ha ocurrido en República Checa, una incertidumbre para las inversiones. Todo el sector se ve afectado, no sólo el segmento fotovoltaico, también otros sectores industriales".
"Una lección que hemos extraído todos de la puesta en marcha del marco legislativo sobre las renovables es la necesidad de estabilidad", aseguró Xavier Noyon, secretario general de la Federación de la Industria Solar Térmica Europea (ESTIF, según sus siglas en inglés). "El nivel de los incentivos es importante, y podríamos hablar durante horas de qué nivel es adecuado y qué nivel provoca burbujas especulativas", explicó antes de apostillar: "Es importante que el nivel sea suficiente y, además, constante y previsible".
Incoherencias
Noyon destacó las incoherencias de España: "Es un país en el que por un lado hay una voluntad verdadera de desarrollar una política favorable al consumidor, pero también favorable a constituir un sector industrial. Es un país líder. Pero al mismo tiempo hay políticas más difíciles de comprender".
Y recordó que España, "por ejemplo, ha sido el primer país que ha introducido una obligación de producción solar térmica en los edificios nuevos". Sin embargo, lamentó: "No es un ejemplo positivo porque su puesta en marcha, que no es fácil, ha provocado muchos efectos negativos quizás porque era aún un momento de boom de la construcción. Efectos negativos sobre la calidad de las instalaciones, por ausencia de control". Noyon detalló que "ha habido instalaciones que no estaban conectadas porque los promotores, que estaban obligados, utilizaban los peores materiales y luego no los conectaban. Son medidas que deben ser concebidas en conjunto, con una noción de calidad, de control, coherencia y sostenibilidad".
Noyon apostilló: "Esperamos mucho de España, un país a la vanguardia de las renovables, con un gran potencial e ideas innovadoras. Se ha visto muy afectado por la crisis, pero es un país en el que todas las miradas están puestas y esperamos que se recupere pronto".