
La industria tabacalera española se apaga. Según los últimos datos de ventas de Logista, la empresa que controla el 99% de la distribución a los estancos, el sector está registrando una caída sin precedentes en los últimos años.
Las ventas de las grandes marcas están cayendo entre un 10 y un 20%, acentuando además el descenso generalizado del sector, que llega hasta el 11,2% en total, casi dos puntos más que en 2009. Y eso antes de que entrara en vigor la nueva ley antitabaco, que prohíbe fumar en todos los espacios públicos, incluidos bares, restaurantes y cafeterías.
Las ventas de cigarrillos se redujeron hasta apenas 3.560 millones de cajetillas, 450 millones menos que el año anterior. Y lo peor para las empresas es que la caída no tiene freno, porque la tendencia se está agravando tras la entrada en vigor de la nueva ley, que prohíbe fumar en todos los lugares públicos, incluidos bares, restaurantes y cafeterías.
Los datos de enero no están todavía cerrados y no son por lo tanto públicos, pero según las estimaciones que ha realizado ya la Unión de Asociaciones de Estanqueros, lejos de amortiguarse el descenso estaría continuando, con un desplome añadido en lo que llevamos de 2011 de, al menos, otro 10%.
Aunque tradicionalmente, el tabaco rubio aguantaba y era el negro el que más sufría, el desplome ahora tras las últimas subidas de impuestos, el consecuente encarecimiento de los precios y las trabas al consumo, es ya generalizado. Las ventas de cajetillas de tabaco rubio se redujeron durante el año pasado un 10,9% mientras que las de negro lo hicieron un 14,5%.
Sólo Lucky Strike resiste
Pero si la situación del mercado en general es mala, la de las marcas líderes alcanza ya tintes dramáticos. En el último ejercicio, las ventas de Fortuna, la marca más vendida de Imperial Tobacco (Altadis), se desplomaron un 20,7%. Y no es un caso ni mucho menos aislado. Las de Chesterfield se redujeron un 17,7%, las de Ducados negro un 14,2% y las de L&M un 13%. Marlboro, buque insignia de Philip Morris y líder todavía en España, registró una caída algo menor, en línea con la media, del 11%.
Entre las grandes marcas, una de las pocas que está consiguiendo frenar el desplome es Lucky Strike, la enseña más potente de British American Tobacco (BAT). Es la única que parece haber convencido a los consumidores con su política comercial y de marketing. Su caída es importante, del 5,4%, pero está muy por debajo de la media, con lo que BAT logra resistir.
Pero, ¿cuál es la razón de estas fuertes y generalizadas caídas? Los expertos apuntan a varias causas. La primera es que se está produciendo un auge del contrabando, detectado ya por Aduanas en algunas partes de España, como la provincia de Cádiz, donde las ventas han caído un 1%. El tabaco en Gibraltar cuesta ahora menos de la mitad que al otro lado de la verja y cada vez son más los que acuden allí a aprovisionarse.
Casi 10.000 millones recaudados
Todo ello además del auge que ha tenido el tabaco barato, con la venta de cigarritos por sólo 1,20 euros -ahora han subido a 1,70 euros- o del tabaco de liar, que aun así moderó su espectacular crecimiento de los últimos años y aumentó sus ventas sólo un 4,7% en 2010 debido principalmente a la subida de impuestos relacionados con la picadura.
A pesar de la caída, el Estado recaudó 9.842,3 millones a través de impuestos especiales e IVA del tabaco en 2010, lo que representa un nuevo récord histórico de ingresos por este concepto y un aumento del 4,19% respecto a lo embolsado en 2009, ejercicio en el que recaudó un 1,98% más, según datos del Club de Fumadores por la Tolerancia.
Todavía queda por conocer el impacto del veto en el sector hostelero, que no sólo perjudicará a la facturación de los bares y restaurantes (prevén caídas de entre un 15 y 20% a final de año), si no que rebajará de forma importante las ventas de tabaco en máquina.