El supervisor bancario no sólo multiplica los contactos con las cajas envueltas en procesos de fusión o integración fría. También mantiene periódicas y cada vez más frecuentes reuniones con las entidades de ahorro que, hasta ahora, no han mostrado ningún síntoma de debilidad.
El objetivo, según fuentes financieras, es estudiar el impacto de las opciones que se abren con la nueva regulación de cajas, la normativa que vendrá de la mano de Basilea III y analizar con ellas la forma de optimizar su futuro en el nuevo entorno.
En este contexto, aseguran las mismas fuentes, el Banco de España ya habría mostrado a La Caixa su buena disposición a que esta entidad afrontara una reestructuración para dejar sus actividades financieras agrupadas en una misma filial, que tendría ficha bancaria.
La entidad que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez no ha disimulado, en esos encuentros, su preferencia porque las cajas, en primer lugar, alcancen un tamaño crítico cercano a los 100.000 millones en activos y que adopten una forma similar a los bancos para aprovechar las nuevas formas de financiarse que les permite la legislación vigente.
En ese sentido, el Banco de España vería con muy buenos ojos que la caja de ahorros catalana encerrara en un banco su actividad financiera. En primer lugar, se abriría un abanico mayor de vías de financiación, desde ampliaciones de capital y otras emisiones hasta captación de socios y, de otra, podría aminorar el impacto que le exigirá Basilea III en recursos propios por sus participadas.
La otra grande del sector, la que forma el SIP que lideran Caja Madrid y Bancaja, tendrá el paraguas de un banco, por lo que la transformación de La Caixa, pionera en enfrentarse al dictamen de los mercados a través de Criteria, tendría un gran efecto de arrastre sobre todo el sector.
Desde La Caixa, sin embargo, aunque admiten que la entidad estudia todas las posibilidades que le brinda la Lorca, incluida la constitución de un banco, aseguran que todo está aún en fase de estudio y que, hasta el momento, no se ha tomado ninguna decisión.
Tampoco han tomado ninguna decisión Unicaja e Ibercaja, dos de las solteras del sector a las que el Banco de España les recuerda la conveniencia de ganar tamaño. En ese sentido, el consejero de Economía del Gobierno de Aragón, Alberto Larraz, declaró ayer que es "lógico" que en el proceso de fusiones de las cajas "todo el mundo hable con todo el mundo", si bien aseguró que entre las dos entidades no hay nada serio.
A pesar de la solvencia de Unicaja e Ibercaja, el supervisor las anima a buscar socios que les permita ganar tamaño, por lo que ambas entidades mantienen, como con otras del sector, conversaciones que hasta ahora no han cuajado en una voluntad firme de abordar una integración.
Otro frente abierto se encuentra también en Andalucía. El creciente agujero con el que se ha encontrado BBK en Cajasur, superior a los 900 millones de euros, hace que el Banco de España aconseje a la caja vizcaína buscar nuevos compañeros retomando la unión con las otras dos vascas, para ganar tamaño y para que los números rojos de la andaluza no acaben por diluir sus notables ratios de capital.