Soplan malos vientos para el sector de la construcción en España. Mientras que aquí la actividad se desacelera poco a poco, los empresarios han sido avispados y han echado el ancla al otro lado del charco. Y es que en México la inversión española en el ámbito residencial es de 290 millones de euros y representa un siete por ciento del total.
Ya lo anunció el presidente del país azteca, Felipe Calderón "invertir en México es muy buen negocio y una gran decisión". Y dicho y hecho. Las inmobiliarias españolas han hecho las maletas y han puesto rumbo hacia un país en el que el sector de la construcción vive su momento de auge.
Tras una década de crisis, México ha despegado con fuerza. El entorno económico estable, las reducciones en los tipos de interés y las mejoras en las condiciones financieras, han permitido que la construcción aumente un 7 por ciento durante el 2006.
Tanto es así que el año pasado se vendieron medio millón de casas nuevas y se concedieron 750.000 créditos hipotecarios en el país. Según la secretaría de Economía de México, la inversión española en proyectos inmobiliarios residenciales en el primer trimestre de 2007 alcanzó cifras de 290 millones de euros. El aumento es sin duda visible, ya que la media alcanzada durante el periodo 2000-2006 para todo el sector turístico residencial fue de 196 millones aproximadamente.
Vistas al futuro
Aprovechando la buena racha que atraviesa México, ya son muchas las empresas españolas que llevan años confiando su capital en el país.
Aunque el sector inmobiliario no es el "plato fuerte" de los negocios, sí representó un 1,3 por ciento de la inversión total española de 2000 a 2006 en México y el 7 por ciento de la extranjera directa en el sector inmobiliario.
Sin embargo empresas como el Grupo Mall, Grupo Lar, OHL, Fadesa, o empresas como ANIDA perteneciente al Grupo BBVA y Caja Madrid, ya han anunciado proyectos que superan las inversiones actuales de los españoles en 27 nuevos complejos.
En concreto se espera que el número de viviendas turísticas pase de las 25.000 unidades que se construyen actualmente a 80.000 en el año 2010, según la Comisión Nacional de la Vivienda.
Factores de desarrollo
Por otro lado, el Informe de la Oficina Económica y Comercial de España en México, destaca sobre dicho sector que existen unos factores de desarrollo. Tanto la creación de nuevos instrumentos financieros como la reactivación del crédito hipotecario por parte de la banca tradicional y además, la puesta en marcha de una política gubernamental de vivienda "más fuerte".
Según los expertos, en todas estas inversiones inmobiliarias existen sectores mucho más prósperos y más rentables. Es el caso de las viviendas sociales, ya que existe un volumen alto de unidades que se pueden construir. Este auge se debe en parte por la presión demográfica. Se estima que existe una demanda anual de más de 600.000 unidades de viviendas. Además según la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), se espera que para este año la inversión privada en el sector inmobiliario sea de unos 4.000 millones de euros.
Conquistando mercado
Son muchos los que están desembarcando poco a poco en este paraíso inmobiliario. De los países que están invirtiendo en el mercado mexicano destacan Estados Unidos en primera posición con un 53,6 por ciento respecto a la inversión total; le siguen Holanda con 15,2 por ciento; Dinamarca, 8,3 por ciento y España con un 6,7 por ciento. Más abajo se situarían países como Francia y Canadá.
El grupo español Lar por ejemplo, en los dos último años ha iniciado la edificación de 12 desarrollos inmobiliarios y pretende facturar también 137 millones de euros es decir, la posibilidad crecer más del doble que el pasado año.
Por otro lado, como ya anunció elEconomista, el Grupo Fadesa prevé invertir en los próximos tres años cerca de 5.000 millones de dólares en vivienda tanto residencial como turística en la República Mexicana. Junto a ellos, otras empresas españolas se están abriendo mercado en este país, deseosos de revivir los "años dorados" en España en un sector que poco a poco comienza a tambalearse.