Empresas y finanzas

Veni, vidi, vici: ACS saneará sus cuentas con Hochtief para comprar Iberdrola

Si hay un empresario que lidera los movimientos corporativos en tiempos de crisis ese es el presidente de ACS, Florentino Pérez. Ayer mismo, la constructora lanzó una opa sobre el 100 por cien del capital de la alemana Hochtief, donde ya controla casi el 30 por ciento.

Pero este movimiento esconde varias claves que no son tan buenas para los accionistas, pero que sí son muy ventajosas para la estrategia de ACS.

Tanto, que a la compañía se le despeja aún más el camino para su asalto a la eléctrica Iberdrola, su fin deseado desde hace más de dos años.

Y es que esta opa recoge una prima poco atractiva para los accionistas de la compañía germana. Se trataría de una prima incluso inferior al precio de cierre de la jornada anterior y con una ventaja de tan sólo el 6 por ciento si se tiene en cuenta el precio medio de la cotización de los últimos tres meses.

El grupo de construcción, servicios y energía ha diseñado una operación, donde Lazard ha actuado como asesor financiero y Linklaters como asesor legal, con el objetivo de que con un canje de acciones y el uso de su autocartera, no tenga que desembolsar ni un céntimo. En concreto, el cambio será a razón de ocho acciones de ACS por cada cinco de la alemana, teniendo en cuenta la cotización de los últimos tres meses, que fija un precio de 31,95 euros por acción para la constructora y de 54,46 euros por título para la alemana.

Así, el montante total de la operación ascendería a 2.730 millones, a razón de 55,68 euros por título. Tras unas horas de desconcierto y de suspensión en bolsa por los rumores de la operación, ACS regresó al parque y confirmó la operación, donde tampoco negó la mayor de que no esperaba lograr el control del grupo.

Sin querer el control

El objetivo de ACS es ofrecer la prima mínima establecida por la legislación para conseguir una escasa aceptación por parte de los accionistas de la germana y con la ventaja de tener a continuación abierta la posibilidad de comprar más títulos a precios de mercado. Sobre este punto, la compañía ha reconocido que espera controlar poco más de la mitad del capital y no necesariamente a través de la opa.

Al tener un peso levemente por encima del 50 por ciento del accionariado, ACS puede apuntarse las cuentas de Hochtief por consolidación total y no por puesta en equivalencia, tal como hace ahora. Con esta maniobra, el grupo mejorará considerablemente su balance. La razón es que Hochtief tiene una escasa deuda de 248 millones y puede, por contra, aportar bastante beneficio. El salto para ACS es considerable.

Inyectar beneficio

Si la constructora comenzara a consolidar su participación de forma global, el beneficio bruto de explotación repuntaría hasta los 2.384 millones, frente a los 1.547 millones que los analistas prevén que conseguirá este año. Por contra, la deuda tan sólo sufría una variación de 173,6 millones, hasta los 10.145,6 millones de euros. Con todo, la relación deuda/ebitda se reduciría en casi dos puntos.

Se trataría de una operación similar a la realizada con Unión Fenosa, donde cuando alcanzó el máximo legal exigido formuló una opa y posteriormente continuó comprando acciones en el mercado hasta poder consolidar totalmente en sus cuentas la participación.

Desde Hochtief no quisieron hacer ningún tipo de valoración y se limitaron a explicar que el comité directivo está evaluando la situación y realizará un anuncio con su respuesta y su recomendación a los accionistas tan pronto como sea oportuno.

A priori, ACS avanzó en un comunicado que la operación, de la que se prevé que se complete totalmente hasta de que finalice 2010, tendrá un periodo de aceptación a principios de noviembre, tras la aprobación por parte de la Autoridad Federal Supervisora del sistema Financiero Alemán.

Además, Hochtief continuará cotizando en la Bolsa de Fráncfort con un importante free float y mantendrá su sede en la ciudad alemana de Essen. Al igual que ha hecho en otras operaciones, la constructora resaltó su compromiso con la compañía opada. "ACS ha sido el accionista de referencia de Hochtief durante casi cuatros años y confía en el potencial de creación de valor de la compañía", resaltó el grupo.

Y es que a juicio de ACS, la consolidación sera beneficiosa tanto para la constructora como para Hochtief, ya que conjuntamente "seremos el mayor grupo de infraestructuras del mundo occidental", con una sólida presencia en todos los continentes y una implantación única en los mercados emergentes.

La actual estrategia multimarca de Hochtief permanecerá inalterada y el grupo va a continuar operando bajo sus marcas Hochtief , Leighton, Turner y Flatiron en las distintas regiones del mundo.

Financiación de la opa

Otro de los puntos claves de la operación es que a ACS le basta prácticamente con utilizar su autocartera, que actualmente asciende al 5,16 por ciento, para financiar su objetivo de alcanzar la mayoría absoluta del capital de Hochtief.

La autocartera del grupo está valorada en unos 1.732 millones de euros , con los que podría comprar aproximadamente el 14,5 por ciento de la compañía alemana teniendo en cuenta los términos de canje.

Por otro lado, no se descarta que el grupo ACS realice una ampliación de capital pero, además, hay que tener en cuenta que la constructora se acaba de inyectar 2.450 millones de euros por la venta de su filial de puertos y de parte de su participación en Abertis a CVC.

El asalto a la eléctrica

Con este margen, a ACS se le abren sus expectativas en Iberdrola. La constructora ya controla el 12,13 por ciento, tras adquirir recientemente un 0,13 por ciento adicional. El objetivo de Florentino Pérez es lograr el 20 por ciento, para lo que aún tendría que comprar una participación del 7,8 por ciento del capital. Según los actuales precios de mercado, ACS tendría que desembolsar 2.388 millones.

Con todo, parece que ahora más que nunca las intenciones de ACS pueden dejar de ser un sueño para convertirse en realidad, frente a los más de 2.400 millones de euros que ha conseguido últimamente con las ventas de Abertis y la división de puertos.

Por otro lado, la posición financiera del grupo se puede ver aún más reforzada si finalmente realiza en los próximos meses una emisión de bonos simples o convertibles, dado que a mediados de mayo reconoció que estaba estudiando una colocación de entre 750 y 1.500 millones entre inversores minoristas.

Por su parte, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, aseguró que el grupo no está "preocupado" por la maniobra que acaba de iniciar ACS. El rechazo de la eléctrica a que la constructora entre en su consejo se debe a que e considera un competidor directo. De hecho, Sánchez Galán, reiteró que ACS es un "competidor" de la eléctrica y que "no es lógico" que tenga presencia en el consejo de administración de la compañía "alguien que tiene 4.000 millones de euros invertidos en energía".

En su intento por hacerse con Iberdrola, ACS no puede obviar la férrea defensa que va a emprender la actual dirección de la compañía eléctrica. 

De momento, la resistencia se libra en los tribunales. El último hito en este sentido es la admisión a trámite por el Tribunal Supremo del recurso presentado por Iberdrola en contra de la reforma de la Ley de Auditorías y Sociedades Anónimas en la que se incluye la supresión de las limitaciones de los derechos de voto en empresas cotizadas. El recurso, presentado el pasado 1 de septiembre, se basa en los defectos de forma relacionados con la tramitación de la norma y en aspectos como los daños que la supresión de los blindajes provoca a los accionistas minoritarios.

La eliminación de los blindajes a las empresas cotizadas es un punto a favor para la constructora, en tanto que podrá votar en las juntas de accionistas por el valor real que ostente en el accionariado y sin ningún límite al 10 por ciento, tal como actualmente está recogido en las estatutos de Iberdrola.

Pelea judicial

El punto álgido del enfrentamiento entre ACS e Iberdrola fue en la última junta de accionistas de la eléctrica, donde la constructora solicitó un puesto en el consejo de administración y se designó a José María Loizaga como representante de ACS para ocupar la vacante de Juan Luis Arregui, que presentó su dimisión minutos antes del inicio del encuentro para restar argumentos a la constructora sobre un eventual conflicto de intereses.

No obstante, Iberdrola no dejó a ACS calentar la silla y seguidamente después se votó a favor del cese de que ACS tuviera un puesto en el consejo por considerarlo como un competidor.

Esta maniobra desencadenó un batería de acciones judiciales de uno y otro lado. Ahora, ACS e Iberdrola han sido citados a una segunda vista, esta vez para el próximo 16 de noviembre en Madrid. Esta nueva cita judicial tendrá lugar algo más de un mes después de la prevista para el próximo 7 de octubre en Bilbao.

Estas nuevas vistas judiciales se celebrarán así unos meses después de que el pasado mes de julio las dos compañías "empataran" en el 'primer asalto' de su 'batalla' judicial. Entonces, los juzgados de lo Mercantil de Madrid y Bilbao desestimaron las medidas cautelares que ACS e Iberdrola solicitaron en las demandas de impugnación a la junta y a las cuentas, respectivamente, que se han interpuesto.

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