Empresas y finanzas

Telefónica y PT siguen negociando el control de Vivo

Telefónica y Portugal Telecom (PT) negocian contrareloj por el control de Vivo, incluso minutos después de haber vencido el ultimátum lanzado por el grupo español. El plazo se extinguió a las 01,00 horas en España (medianoche en Portugal) y ahora se abre un incierto panorama para ambos operadores ibéricos en su batalla por el líder del mercado brasileño de móviles.

Ahora bien, el silencio de PT no significa por el momento que la lusa haya rechazado la oferta? pero tampoco que la haya aceptado. De esa forma, el suspense se prolongará hasta que cualquiera de las partes desvele el resultado de las arduas negociaciones. En concreto, la operadora portuguesa sigue pensándose si acepta la oferta del grupo español, valorada en 7.150 millones de euros por el 50 por ciento de Brasilcel, sociedad propietaria de Vivo.

En el caso de que PT de la callada por respuesta, el grupo portugués podría ganar tiempo en espera de que se alineen los planetas, estrellas y constelaciones. Es decir, que Telefónica flexibilice o mejore sus actuales pretensiones y condiciones, al mismo tiempo que encuentren otro operador brasileño en el que invertir de inmediato, posiblemente en el semipúblico Oi.

Si así fuera, todo apunta a que el grupo que preside César Alierta acudirá a una Corte Arbitral en Holanda para disolver la joint venture que comparte con PT. En otras palabras, viene a ser como solicitar el "divorcio empresarial" a un árbitro, para que esta autoridad reparta los "bienes gananciales" como estime conveniente y con las condiciones que considere. En ese supuesto, que el contencioso se prolongará durante muchos meses, con el consecuente perjuicio para los accionistas de PT que se quedarán sin los pingües ingresos que hasta ahora tenían al alcance de la mano.

El consejo de administración de Portugal Telecom estuvo deshojando la margarita sobre su futuro en Brasil hasta pasadas las 20,00 horas de la noche sin desvelar ninguna decisión sobre la oferta de Telefónica. "Se necesita más tiempo para tomar una decisión tan importante", adelantó la prensa online lusa.

Durante la tarde de ayer, el suspense dejó con el alma en Vivo a todas las partes interesadas en espera de una respuesta que despejara el panorama. La fumata blanca sigue haciéndose de rogar, pese al afán del consejo de administración de PT de buscar una salida del laberinto desde el pasado jueves.

Las deliberaciones se reanudaron ayer, a las 17 horas, cuando el órgano de gobierno de la lusa tomó conciencia de que el ultimátum de Telefónica iba en serio y, por lo tanto, de que el grupo debía pronunciarse en uno u otro sentido: a favor de la desinversión en Vivo (ya sea total o parcial), o en contra de los intereses de las tres cuartas partes de los accionistas. Cualquiera de las dos opciones podía ser factible. Con semejante incertidumbre, la única actuación de los accionistas no representados en el consejo consistía en dejar a un lado las especulaciones y esperar pacientemente el desenlace de los acontecimientos.

Con el Gobierno en contra

Sobre la mesa descansaba la oferta del grupo español por el 50 por ciento de Brasilcel, sociedad propietaria de Vivo, a cambio de 7.150 millones de euros. En opinión del Gobierno que lidera José Sócrates, dicha propuesta estaba condenada al fracaso... siempre que Telefónica no la retocara a tiempo. Fue Pedro Silva Pereira, ministro de la Presidencia portugués, quien recalcó que el precio presentado el pasado 30 de junio seguía siendo "inaceptable" para el Ejecutivo luso. En su intervención al término del Consejo de Ministros, el político obvió que la oferta -repudiada por su gabinete- ya resultó respaldada por más del 74% de los votos en la última junta de accionistas de PT. "La actitud del Gobierno portugués es conocida: falló en contra de la venta de Vivo, de modo que si la propuesta no se modifica, la posición del Gobierno no cambia", sentenció Silva Pereira. El mismo representante del Ejecutivo precisó que, durante l Consejo de Ministros no se había tratado la negociación entre Telefónica y PT. También recalcó que el grupo español había manifestado su intención de dialogar con el operador luso y recomendó que lo ?mejor que se puede hacer es dejar que el proceso siga su curso?.

A media tarde se encendieron las alarmas en PT, ya que un accionista de referencia de la portuguesa lanzó un mensaje para navegantes, que oportunamente fue recogido por las agencias de noticias Lusa y Reuters: "La alianza entre PT y Telefónica ha cumplido su ciclo y la compañía portuguesa debería vender su participación en la joint venture brasileña Vivo", informaron las agencias. Las mismas fuentes citaron a Ricardo Salgado, consejero delegado de Banco Espirito Santo, diciendo que "PT debería emplear los ingresos obtenidos por la posible venta para establecer nuevas asociaciones con grupos brasileños". Salgado también indicó que estaba esperando ansiosamente la decisión del consejo de PT, pero agregó que después de que el Ejecutivo usara su acción de oro para vetar la venta el mes pasado, la última palabra "está más en manos del gobierno".

Tras la imposición de la acción de oro, poco después consideradas ilegales por el Tribunal Europeo de Justicia, Telefónica y PT retomaron las conversaciones para desbloquear la situación. Ese nuevo esfuerzo se realizó el pasado fin de semana sin progresos ostensibles. Todo quedaba a expensas de que el consejo de PT tomara en consideración el deseo de la mayoría de los accionistas, de tal forma que el Gobierno portugués pudiera salvar la cara saliendo airoso del trance. Ese fue el mayor de los obstáculos.

Los títulos de PT cedieron ayer el 3,83 por ciento, hasta 8,11 euros, mientras que los de Telefónica se dejaron el 1,55 por ciento, en línea con el Ibex 35, hasta los 16,16 euros.

Emisión de bonos

Telefónica anunció la colocación de una emisión de bonos, que se realizó de forma exitosa. Los recursos obtenidos se destinarán a financiar las necesidades operativas de las filiales mexicanas del grupo. En concreto, la operación se ha realizado en dos tramos. El primero de ello, sobresuscrito en 1,3 veces y colocado entre 26 inversores, por un importe de 121 millones de euros a un plazo de 10 años, con una tasa equivalente al euribor más 90 puntos básicos. El segundo de los tramos, sobresuscrito en 1,4 veces y colocado entre 39 inversores, se ha realizado por importe de 242 millones de euros) a un plazo de 4 años.

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