Empresas y finanzas

Cinco empresas hoteleras canarias piden al juez el concurso de acreedores de Marsans

La trepidante cuenta atrás que estos días protagoniza Marsans está a punto de convertirse en uno de los grandes culebrones del verano. Y mientras sus dueños, Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán, luchan sin descanso por salvar la empresa de viajes con más solera de nuestro país, sus proveedores actúan de acuerdo a la falta de liquidez que también sufren.

Después de que la empresa de cruceros Grimaldi solicitara el concurso necesario de Marsans por una deuda de tan sólo 75.000 euros, un grupo de hoteleros canarios ha decidido unirse para solicitar también en el juzgado mercantil número 12 de Madrid el proceso concursal. Fuentes jurídicas han confirmado a elEconomista que los cinco demandantes son el Hotel Princesa Yaiza, Arrecife Hoteles, Hoteles y Gestión, Daminvest y Los Zocos.

En este caso, las empresas canarias han pedido el concurso por una deuda que se acerca a los 300.000 euros. A pesar de que la demanda se tramita de manera casi inmediata, en este caso el proceso se ha ralentizado debido a la falta de una serie de datos que acrediten la insolvencia, según los demandantes. Según dicen, "parece ser que desde el Juzgado no se tiene claro si el Grupo Marsans puede o no atender regularmente el cumplimiento de sus obligaciones, presupuesto del concurso, por lo que se han solicitado algunos elementos de prueba adicionales".

Este hecho, es el que lleva a las cadenas canarias a asegurar que "el deterioro de la situación financiera de Marsans se está agravando con el paso de los días y la sucesión interminable de noticias negativas, lo que dará lugar a la ineludible liquidación del grupo, con evidentes perjuicios para trabajadores, agencias asociadas y acreedores".

Sigue confiando en su viabilidad

Sin embargo, los responsables de Marsans siguen confiando en su viabilidad sin necesidad de tener que presentar un concurso de acreedores e intentan negociar un convenio con todos sus proveedores para sacar adelante la compañía. De hecho, todas las nóminas han sido pagadas y tan sólo quedan unos 200.000 euros por abonar del equipo directivo.

El principal problema ahora es que la empresa necesita una inyección urgente de unos 100 millones de euros, que le permita acometer su reestructuración y, sobre todo recuperar la licencia de IATA para vender billetes y, de esa forma volver a generar caja. Todo este proceso lo está liderando el despacho de abogados Aszendia, especializado en la reestructuración de empresas, y que ha asumido ya la gestión, situando al frente de la misma a Iván Losada. En los últimos días se ha especulado con que este bufete podría estar interesado en la adquisición, pero sus responsables lo niegan tajantemente.

Su objetivo inmediato es otro: el pacto con los acreedores y reflotar la empresa. El endeudamiento con los bancos asciende a 130 millones, a lo que hay que sumar otros 160 millones con los proveedores. La parte buena es que estos últimos están dispuestos a negociar una quita o a aplazar los pagos "siempre que sea todo transparente", según aseguran las fuentes consultadas. Problema distinto es la negociación con los bancos. Y de hecho, la solución ideada junto a Tremón depende del 'si quiero' de las entidades.

La solución con Tremón

Tremón se encuentra en concurso de acreedores por una deuda de 919 millones de euros, pero tiene activos valorados en algo más de 1.500 millones. La solución ideada sería solicitar al juez del concurso que les permitiese sacar del proceso judicial un terreno tasado en 220 millones.

Con ello se solicitaría a los bancos 75 millones, a los que se sumarían otros 30 millones de la venta de los hoteles del Caribe a un consorcio canadiense, formado por un fondo de inversión y el turoperador Sunwing. De esta forma, Marsans se integraría en Tremón y sería una compañía que tendría un importante inmobilizado (los activos de la inmobiliaria) y generaría caja.

Y, ¿cuál es el único problema de esta idea?. Que necesita el respaldo del síndico de bancos (Santander, Sabadell y Banesto), que ya tiene pignoradas las acciones de Marsans. Si se salva ese obstáculo, la agencia podría sobrevivir.

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