
SACYR
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Roverato intentará blindarse con emisiones de bonos y elevando la autocartera hasta el 10%, medidas que perjudican a los inversores al diluir su participación y obstaculizar una opa.
Poco a poco, Jean-François Roverato, presidente de Eiffage, está perdiendo fuerza en el accionariado de su compañía. Una merma de poder que le ha llevado a mover todos los hilos a su alcance para blindarse, sin que parezca importarle las consecuencias que estos actos tienen para los propietarios de la compañía: los inversores.
La última treta del presidente galo cobrará cuerpo mañana, cuando proponga a la Junta General de Accionistas dos polémicas medidas: elevar la autocartera hasta el diez por ciento y poder hacer una emisión de bonos bretones de 4.000 millones de euros, más de un tercio del valor actual de la compañía en bolsa.
Dos polémicas medidas que han levantado ampollas entre gran parte del accionariado español, según ha podido confirmar elEconomista. Sobre todo, porque diluyen su participación y, en cambio, blindan a Roverato, que también pedirá a la Junta extender otros tres años su mandato presidencial, aunque hace año y medio prometió dejar el grupo este ejercicio.
¿Quién apoya a Roverato?
Para conseguir sus planes, Roverato sólo necesita sacar adelante estas propuestas por mayoría simple y, por el momento, parece tener garantizado el respaldo del 39 por ciento del capital, que representan los empleados (22 por ciento), los directivos (5 por ciento), la entidad CDC (8,6 por ciento) y las aseguradoras Axa y Groupama (2 por ciento cada una).
Un apoyo muy importante, pero insuficiente para garantizarse el triunfo. Quizás por ello, Grupo Rayet, dueño del 4,2 por ciento, esté teniendo problemas para recibir correctamente las tarjetas de asistencia a la Junta. La compañía presidida por Félix Abánades todavía no tiene en regla el 80 por ciento de sus derechos de votos. Y la junta es mañana
Defender la propia inversión
Pero, aunque Roverato consiga sacar estas dos propuestas adelante, los inversores contrarios a él tienen la opción de bloquearlas impugnando la junta y convocando otra para dentro de seis meses. Opción que algunos accionistas han confirmado a elEconomista estar estudiando. Sacyr (SYV.MC), por su parte, declina "especular" sobre posibilidades futuras y se limita a recordar que "cuando veamos qué pasa en la Junta, valoraremos qué hacer".
No obstante, la compañía española, primer accionista de Eiffage con un 33 por ciento del capital, sabe que dentro de seis meses el panorama de su participada puede ser muy diferente.
Por una parte, el principal apoyo de Roverato, los empleados, puede perder peso dentro del capital, después de que la AMF (supervisor del mercado galo) levantara la prohibición que tenían para vender sus títulos. Además, como adelantó elEconomista, un grupo de siete promotores españoles está uniendo fuerzas para adquirir hasta un 14 por ciento del capital de Eiffage.
Las primeras adquisiciones ya se han hecho. La compañía gala desveló ayer que Luis Portillo ha adquirido el dos por ciento y, poco a poco, se irán destapando más operaciones similares, ya que el objetivo de estos siete empresarios es adquirir cada uno participaciones de entre el uno y el dos por ciento.