Empresas y finanzas

Las cajas extremeñas se distancian y frustran su absorción por Cajasol

Ni siquiera se han sentado a hablar. Caja Extremadura y Caja Badajoz han roto cualquier tipo de conversación para crear una única caja única extremeña y buscan, por separado, una integración fuera de la Comunidad Autónoma. Una opción que supone un auténtico jarro de agua fría para Cajasol que aspiraba a capitanear un conglomerado financiero en el que, además de Caja Guadalajara, también estuviesen las dos cajas extremeñas.

Según aseguran a elEconomista fuentes financieras extremeñas conocedoras de la situación actual, tras la renovación de las cúpulas de Caja Extremadura y Caja Badajoz se ha abandonado cualquier proyecto de integración al considerarse que "no dan un volumen competitivo".

Para cargarse de razones, Caja Extremadura ha encargado un informe a una consultora en el que se concluye -según las fuentes que han tenido acceso a ese texto- que una fusión entre las dos entidades obligaría a recortar un total de 323 puestos de trabajo que supondrían un coste de 144 millones de euros para la caja resultante.

Además, habría que cerrar un total de 83 oficinas que se solaparían en las dos provincias extremeñas si las dos cajas de ahorros de la región se fusionaran.

"Cuanto una caja esté más lejos de la otra, mejor que mejor" defienden fuentes políticas que aseguran que tanto el Gobierno de la Junta de Extremadura como el primer partido de la oposición se muestran favorables e, incluso, impulsan que se inicien las conversaciones fuera de la Comunidad Autónoma.

Aunque aún no ha habido un pronunciamiento oficial por parte de la Junta que gobierna el socialista Guillermo Fernández Vara, desde el PP extremeño se recuerda que no se debe tener miedo a que Caja Badajoz y Caja Extremadura continúen trabajando por separado.

Franquicia extremeña

Esa ola a favor de romper las negociaciones entre las dos cajas se ha visto reforzada ante las recientes declaraciones del presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, que no veía "ningún inconveniente a uniones extraterritoriales (de cajas andaluzas) siempre que encontremos una fórmula de franquicias que permitan conservar su imagen y la obra social en el territorio".

Aunque el presidente andaluz no citó en ningún momento la posible absorción de las cajas extremeñas por Cajasol, las declaraciones provocaron un severo rechazo por parte del ámbito político y financiero ante el hecho de que las cajas extremeñas se terminen convirtiendo en "franquicias" de cajas andaluzas.

Ante este nuevo panorama, fuentes financieras avanzan incluso que ya estarían en conversaciones para formar parte de alguno de los grupos financieros que están en plena fase de formación. En ese sentido, no descartan una integración en el Sistema Integral de Protección (SIP) que lideran Cajastur y Cajamurcia, y al que esperan que se unan Caixanova y Cantabria. Pero tampoco rechazan la posibilidad de que Caja Madrid termine absorbiendo alguna de ellas, "Madrid no está tan lejos", resaltan.

Este cambio de rumbo por parte de las entidades extremeñas podría terminar por suponer un severo varapalo para el presidente de Cajasol, Antonio Pulido, y su aspiración de crear la segunda gran caja andaluza con la que plantar cara al conglomerado bajo la tutela de Braulio Medel se llamará Unicajasur.

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