El presidente de Repsol salió reforzado del consejo de administración extraordinario con el 80 por ciento del capital, es decir, La Caixa, Pemex y los independientes.
Antonio Brufau seguirá al frente de Repsol. El presidente de la petrolera recibió ayer el respaldo unánime del 80 por ciento del capital social -incluída la Caixa- en el consejo de administración extraordinario que celebró para escenificar los apoyos con los que contaba para dirigir la petrolera.
Con esta nueva victoria de Brufau, el marcador entre el presidente de Repsol y el de la constructora se sitúa ya en un holgado dos a cero por los goles que ha logrado encajarle a Del Rivero con el dividendo y ahora con su ratificación.
Guerra total
La decisión del presidente de Sacyr, de José Manuel Loureda y de Juan Abelló de no acudir a la reunión para tratar de dar una imagen de guerra total demuestra que Del Rivero no fue capaz de lograr el respaldo ni de Demetrio Carceller ni del propio Abelló para votar en contra de la gestión de Brufau.
Según fuentes consultadas por este diario, en Sacyr se considera que el planteamiento de un consejo extraordinario por parte de Repsol suponía un chantaje más aún con la inclusión del último punto del orden del día que podría acabar con una crítica explítica a Del Rivero por incumplir el deber de sigilo de las deliberaciones del consejo por su serie de entrevistas en varios medios. Desde la petrolera se recuerda que la manera de discutir los problemas de las empresas son en el consejo y eso es lo que ha hecho.
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, al igual que hiciera ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dieron un golpe en la mesa en esta guerra de accionistas: no quieren disputas en la primera petrolera durante la Presidencia europea.
Con esta situación y la nueva derrota de Del Rivero, las espadas seguirán en alto, pero no será al menos hasta julio cuando Sacyr pueda volver a atreverse a lanzar un órdago a Brufau si no quiere contrariar al Gobierno.
La petrolera además deberá volver a celebrar un consejo ordinario en un plazo de dos semanas, previsiblemente el 27 de enero, y en ella se verá si Del Rivero vuelve al consejo de la petrolera o mantiene la dejación de funciones.
Para Del Rivero, con un historial de dos asaltos empresariales fallidos y una compañía endeudada hasta las cejas, resultaba muy difícil argumentar que el trabajo de Brufau no era el adecuado después de haber recuperado las reservas de crudo y de incrementar la presencia en mercados más maduros.
Negociaciones extremas
El presidente de Sacyr reunió el jueves por la noche a sus principales accionistas para intentar consensuar una posición, pero recibió una sorpresa desagradable.
Tanto Juan Abelló como Demetrio Carceller -al que le une una larga amistad con el presidente de la petrolera- se oponían a votar en contra de la gestión de Brufau. Ambos se lo habían manifestado previamente al presidente de Repsol, el primer en una cena mantenida el martes y el segundo durante un torneo de golf el fin de semana anterior en las Islas Canarias.
El presidente de Sacyr animó a Juan Abelló y a José Manuel Loureda -los otros dos consejeros por pate de la constructora en la petrolera- a que no acudieran al consejo de administración extraordinario para no dejar a las claras su patente derrota, tal y como adelantó elEconomista.
Así, la incertidumbre en la presidencia de la constructora podría cernirse ahora sobre Del Rivero ya que ha expuesto a dos de los principales accionistas a una presión desmesurada por intentar resolver la asfixia financiera a la que ha sometido a la constructora. Sacyr ha sufrido además en las últimas semanas una salida de directivos. Por un lado, Ana de Pro, directora general corporativa de Sacyr ha abandonado su puesto para irse a Amadeus y Marta Silva, la secretaria del consejo, también dejó su puesto.
La versión de Sacyr es bien distinta. El grupo constructor asegura que no acudir a la reunión de Repsol se acordó por unanimidad entre sus propios consejeros. La compañía se escuda en que "no es adecuada" la premura con la que se convocó el consejo de Repsol.
Hay que recordar que Brufau hizo esta convocatoria con un plazo de 48 horas, algo que no suele hacer la compañía, aunque también hay que tener en cuenta el carácter "extraordinario" de la reunión y el hecho de que fue convocada a raíz de algunas publicaciones que daban por hecho el relevo inminente del actual presidente de Repsol con el apoyo de La Caixa, algo que quedó rotundamente desmentido ayer con el voto a favor de la entidad financiera catalana.
Así, Del Rivero y sus socios han visto desde la barrera como se ha ratificado a Brufau como presidente, así como que se ha aprobado el grado de cumplimiento del Plan Estratégico. El consejo de administración también sirvió para hacer una llamada de atención al primer accionista de Repsol por comentar asuntos del consejo cuando se había pactado 'silencio' entre los miembros de este órgano. En el consejo no se pudo tirar de las orejas in situ al Del Rivero por su ausencia, pero se abordó el "grado de cumplimiento por parte de los consejeros de sus obligaciones de gobierno corporativo".
Hay que recordar que Del Rivero ofreció una serie de entrevistas en diversos medios de comunicación donde criticaba abiertamente la rebaja del dividendo, el proceso de desinversiones y los planes de futuro, cuando Brufau previamente había dicho que el Plan Estratégico "es la Biblia". Este proceder de Del Rivero incomodó a varios consejeros independientes, que ayer se sumaron a Brufau en su disconformidad con esta forma de actuar e incluso a La Caixa que le mostró su malestar.
Así, cualquier intento de Del Rivero de echar a Brufau de la presidencia de Repsol fue en vano. El ejecutivo catalán fue más rápido y el pasado martes cenó con el propio Abelló, quien le dio su apoyo en la gestión. De esta forma, Brufau le quitó un punto a Del Rivero en su ya no disimulado enfrentamiento.