El grupo siderúrgico ArcelorMittal, que va a suprimir 36.000 empleos este año, eliminará otros 10.000 másel año próximo para intentar mejorar su competitividad y reducir gastos generales, según han informado representantes sindicales de la compañía.
Los sindicalistas presentes en la reunión del comité de empresa europeo de los pasados 9 y 10 de diciembre dieron la cifra de las 10.000 supresiones de puestos de trabajo (sobre una plantilla mundial de 285.300 personas) aludiendo a las intenciones de la empresa, que no negó la información al ser preguntada por el diario francés Les Echos.
Un portavoz entrevistado por el rotativo se mostró vago en sus explicaciones al indicar que "durante la reunión con los representantes europeos del personal, se mencionó la posibilidad de una baja de efectivos, todavía sin cifrar, vinculada de una parte a las salidas naturales (jubilaciones) y a la optimización de la producción".
Reducir 500 millones de gastos
El delegado central del sindicato Confederación Francesa de Trabajadores, Edouard Martin, indicó que el mensaje de la dirección es que "en un contexto de competencia exacerbada tiene que mejorar su competitividad y reducir los gastos generales en unos 500 millones de dólares para dejarlos en menos del 3,5% de la facturación.
En la información no se dan precisiones sobre si el recorte de plantilla conllevará despidos, ni tampoco sobre la distribución por países, más allá de que en Francia "si tuviera que haber una adaptación, sería marginal y en función de las condiciones de mercado", de acuerdo con una fuente conocedora de la situación.
En cualquier caso, ArcelorMittal espera una recuperación de la actividad en el segundo semestre de 2010, lo que debería permitir que sus plantas funcionen al 70% de su capacidad, frente al 50% registrado este año.
En ese contexto, planea la puesta en marcha de una de las instalaciones de los altos hornos de Florange, al noreste de Francia, que llevan paralizadas varios meses.
Además, se ha decidido que las instalaciones de Florange sirvan para desarrollar un proyecto de captura de dióxido de carbono (CO2), lo que supondría una inversión de 500 millones de euros, y para lo cual la compañía recibiría ayudas públicas.