Los nuevos dueños de Colonial, La Caixa y el Banco Popular, trabajan para dejar la situación financiera de la inmobiliaria lo más saneada posible. Para ello, los principiales directivos se han arremangado la camisa para revisar operaciones que cerró el antiguo propietario de Colonial, Luis Portillo, y cuya rentabilidad es cuestionable.
Éste es el caso de Proyecto Kopérnico 2007. La inmobiliaria Monteverde vendió a Colonial esta filial, que tiene una cartera de edificios exclusivos en Madrid, pero que hay que rehabilitarlos. El acuerdo de compraventa no se llegó a completar con la salida de Luis Portillo a finales de 2007, por lo que Monteverde demandó a la inmobiliaria controlada por La Caixa y el Banco Popular.
Una deuda de 760 millones
A su vez, Colonial decidió litigar para deshacerse de una compra que suponía una carga financiera adicional a la deuda de más de 6.000 millones de euros que soportaba la empresa, informaron a este diario fuentes del sector.
Y es que Proyecto Kopérnico 2007 adeuda 760 millones de euros, según los últimos datos, y necesita una inyección de inversión bastante fuerte para rehabilitar los edificios con el fin de elevar la rentabilidad de los inmuebles. En concreto, las mismas fuentes explicaron que el valor de los activos de la compañía es menor que el de su deuda.
Un problema que se añade a la llegada de la crisis financiera e inmobiliaria. ¿Quién quería hacerse cargo de una empresa que requería liquidez y llevaba ligada una abultada deuda? Colonial no ejecutó el contrato comprometido con Monteverde y esta compañía decidió llevarla a los tribunales y viceversa. Pero en esta historia haymás protagonistas. Monteverde constituye Proyecto Kopérnico en mayo de 2007, que cuenta con edificios emblemáticos en Madrid como el de Plaza de España 3-5 o Príncipe de Vergara 112.
Esta filial cuenta con la financiación de Eurohypo y en especial con la de Banco Madrid. Esta última entidad concedió un préstamo participativo inferior a 130 millones de euros.
'Pacto entre caballeros'
Monteverde firma un acuerdo con Luis Portillo en diciembre de 2007, a través del cual la inmobiliaria compra Proyecto Kopérnico 2007, una vez fusionada con la patrimonialista Mola. En el contrato de compraventa, Colonial desembolsó 80 millones de euros a Monteverde correspondiente al valor de mercado de esos inmuebles, una vez descontada la deuda financiera asociada de 760 millones de euros.
Según fuentes cercanas a la operación, el pacto era que de ese importe Monteverde destinara 60 millones a comprar acciones de la inmobiliaria presidida por Portillo. Cuando se produce este acuerdo, la cotización de la compañía caía a pasos agigantados. Monteverde fusionó Proyecto Kopérnico 2007 con inmobiliaria Mola, por lo que cumplió su contrato.
Pero Colonial incumplió su compromiso de adquirir la compañía en el último plazo fijado, el 2 de abril de 2008. En ese momento, el Banco Popular y La Caixa acababan de tomar las riendas de la inmobiliaria, por lo que desconocían muchos de los acuerdos firmados por su predecesor en el consejo de administración. Una vez metidos en el asunto, los gestores de Colonial pidieron dictámenes jurídicos para conocer los efectos en el caso de cumplir con el contrato firmado con Monteverde o romperlo.
En un principio, la voluntad de Colonial era firmar la paz con Monteverde. Según fuentes del sector, ambas ultiman un pacto por el que la segunda se quedaría con Proyecto Kopérnico 2007, a cambio de un desembolso económico. Se prevé que para mediados de septiembre se consuma ese acuerdo. Un portavoz de Colonial explicó que no hay novedades al respecto. elEconomista se puso en contacto con Monteverde sin tener éxito.
Mientras se adopta una decisión, la actividad de Proyecto Kopérnico 2007 está en stand by, por lo que el valor de los edificios se ha ido depreciando más de lo previsto ante la ausencia de renovación de los mismos. De hecho, Colonial provisionó los 80 millones que concedió a Monteverde en las cuentas de 2008. Lo mismo debió hacer Monteverde, Banco Madrid o Eurohypo.
2009 será el año de la reestructuración