
La operación entra en la recta final y se prevé que el protocolo de fusión se firme en los próximos días. La entidad cordobesa sólo condiciona el acuerdo a mantener la obra social y la plantilla íntegra
CajaSur claudica. La situación financiera por la que atraviesa la entidad junto con la presión política que se ha venido ejerciendo sobre la caja con sede en Córdoba le han llevado a echarse en los brazos de Unicaja renunciando a cualquier cuota de poder. Eso sí, con dos condiciones: que se mantenga la independencia de la obra social y la permanencia de la totalidad de la plantilla.
La entidad cordobesa, no obstante, mantendrá representación en el consejo de administración del gran conglomerado financiero andaluz en el que compartirá mesa con Unicaja y Caja Jaén, además de algunos puestos ejecutivos. La unión de las tres conformarán la sexta caja española.
Según ha podido saber elEconomista en fuentes cercanas a la negociación, la directiva de CajaSur tiene previsto proponer a su consejo de administración la firma de un protocolo de fusión con las otras dos cajas por el que su papel en la nueva entidad tan sólo se limitaría a la gestión de la obra social y una representación en el máximo órgano de gobierno. "Las cuotas de poder no son prioritarias", señalan estas mismas fuentes. A cambio, se garantizarían los más de 3.000 puestos de trabajo de la entidad cordobesa, condición sine qua non para la integración.
Unicaja ve con buenos ojos la operación. Está dispuesta a integrar a su rival y a cumplir con sus exigencias. De hecho, las condiciones son parecidas a las de Caja Jaén, que mantendrá la obra social y la plantilla una vez se culmine el proceso de absorción.
Consejo, el miércoles
Está previsto que el protocolo de fusión se firme en los próximos días, después de que el consejo de administración de la cordobesa aborde la cuestión en su reunión del próximo miércoles, día 22. En los últimos días, ambas instituciones han trabajado sobre el documento y sólo falta perfilar pequeños detalles.
Las exigencia de CajaSur de mantener bajo su tutela la obra social se justifican en este caso de una manera más significativa, debido a su fuerte vinculación con la Iglesia a través de la que desarrolla múltiples proyectos. Mediante el control de estos fondos, la entidad controlada por el Cabildo Catedralicio de la ciudad puede seguir con sus proyectos en beneficios de la sociedad.
Sin embargo, la operación tiene una profunda lectura política por la que la entidad cordobesa se doblega a la presión de la Junta de Andalucía para integrarse en la gran caja de la región.
En los últimos meses, el Gobierno autonómico ha impulsado este proyecto y ha evitado con su veto una posible fusión de CajaSur con CajaMurcia. A finales de mayo, la cordobesa se puso en contacto con la murciana para poder abordar una integración. Un intento que fue abortado por la Consejería de Economía andaluza. Su unión a Unicaja permite reducir el peso de la Iglesia en la entidad y que la Junta sea quien tome el poder, después de la pretensión fallida de hace cuatro años con el llamado caso Castillejo. Pero ahora los tiempos han cambiado y la crisis aprieta.
El presidente de la gran caja regional será, previsiblemente, Braulio Medel, actual máximo responsable de la malagueña.
Lea la noticia completa en la edición de fin de semana de elEconomista.