
A mediados de septiembre, Pilar Andrade, la presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios, cedía el testigo a Juan Merino, extremeño e ingeniero de caminos de profesión. Tras años vinculado a la organización, ahora analiza el sector empresarial como cabeza de la confederación. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Gestión Empresarial
¿Cómo llega a la presidencia de Ceaje?
Como joven empresario asociado a AJE Extremadura, desempeñé funciones como vocal de Comisión Ejecutiva y después como secretario de Organización desde 2009. A lo largo de todos estos años he participado activamente en congresos, encuentros comerciales, Premios Nacionales y demás actividades que organizó AJE y Ceaje. En julio de 2013, fui nombrado vocal de la Comisión Ejecutiva de Ceaje, luego designado vicepresidente primero de Asuntos Económicos de Ceaje y, el pasado mes de septiembre, fui nombrado presidente de Ceaje, al cumplir la anterior presidenta, Pilar Andrade, los 41 años y dimitir por ello.
¿Qué retos tiene al frente de la Confederación?
Sobre todo, continuar la labor de apoyar y promover la cultura empresarial y el espíritu emprendedor. Nuestro objetivo principal es mejorar el entorno en el que nacen y se desarrollan las empresas y contribuir al fomento de su estabilidad, competitividad, innovación e internacionalización, además de atender las necesidades de información, formación, asesoramiento, investigación y perfeccionamiento de las asociaciones miembro y, por ende, de sus empresarios asociados. También queremos estudiar y desarrollar proyectos propios, y potenciar la competitividad empresarial.
¿Cómo calificaría el ecosistema emprendedor en nuestro país?
Lamentablemente, hay mucho que mejorar en el entorno en el que nacen y se desarrollan las empresas. El principal obstáculo continúa siendo la falta de recursos financieros y el exceso de burocracia, así como determinados patrones sociales y culturales que frenan la asunción de riesgos. El miedo al fracaso y la estigmatización hacia el que fracasa sigue acompañando a muchos proyectos que no llegan a desarrollarse, porque el hecho de fracasar sigue siendo una barrera, mientras que en otros países, como Estados Unidos se valora más a aquel que ha fracaso alguna vez porque le avala la experiencia de no volver a cometer los mismos errores, con lo que transmite más confianza.
¿Qué medidas harían falta para potenciarlo?
Se tiene que volver a recuperar la confianza en los jóvenes empresarios y en los emprendedores. Pediría que no haya ni un solo proyecto empresarial viable que deje de llevarse a cabo por la falta de financiación. Deben rebajarse las cotizaciones sociales y proporcionarlas acorde a los ingresos netos del joven empresario, que nuestros hijos puedan aprender a emprender desde la escuela y se promocione el espíritu emprendedor en todos los niveles educativos.
¿Y las ya anunciadas?
Se tienen que poner en marcha de manera urgente, pero por encima de todo, se tiene que reconocer de una vez por todas la labor de los jóvenes empresarios como creadores de empleo, generadores de riqueza, contribuyentes al bienestar de la sociedad y como parte de la solución para salir de la crisis, además de ser los protagonistas de la gran empresa del mañana. No puede costar dinero intentar crear riqueza y empleo. Debe ser gratis, ya habrá tiempo de contribuir a la sociedad, tenemos un serio problema de reconocimiento social. Debemos reinventarnos y que la sociedad valore más al que más se esfuerce y al que más intente contribuir al bien común.
Últimamente, se oye mucho hablar de la reapertura del crédito a pymes. ¿Qué opina al respecto?
El dinero sigue sin llegar a las pymes y las condiciones de renovación de los créditos se han endurecido muchísimo. Este extremo hay que mejorarlo sustancialmente.
Y, sin embargo, mientras ha permanecido cerrado, multitud de fuentes alternativas de financiación han nacido. ¿Han ganado demasiado terreno a la financiación bancaria?
Es evidente que se han desarrollado nuevas iniciativas de financiación, pero muy lentamente. Necesitamos potenciar y hacer útiles las SGR -son una buena solución si se replantean como solución y no se mantienen como problema-, los fondos ICO, Enisa y conseguir mediante alguna fórmula que las empresas viables puedan aunar su deuda a corto y medio y pasarla a largo plazo, el retraso de tres trimestres del pago del IVA para la pyme, exención de impuestos, exención del pago por aumento de capital? en definitiva un sinfín de medidas que eviten que las empresas estemos lastradas continuamente por la carencia de tesorería.
Los PGE han aumentado mucho la partida presupuestaria para las pymes. ¿Es un rayo de luz para el sistema?
Es un avance, pero aún no es suficiente. Debemos aplaudir toda iniciativa que suponga apoyar la actividad empresarial, y esta, sin duda, es una buena iniciativa, pero somos partidarios de que sea accesible para todos. Teniendo en cuenta que en España existen 2.049.707 microempresas, lo que supondría que la gran mayoría del tejido productivo no se beneficiaría de la medida. Somos los empresarios quienes creamos empleo y esta iniciativa, bien repartida, puede suponer facilitar numerosos puestos de trabajo, tan necesarios en estos momentos.
Y, sin embargo, ¿a quién llegará esta ayuda? Porque parece que al final las medianas serán las más beneficiadas?
Las medianas en España son las menos del colectivo de pymes, en número. Es pronto para pronunciarse sobre este asunto, habrá que esperar para ver qué requisitos y condiciones se piden finalmente para poder acceder a las ayudas, pero todo indica que las más pequeñas no serán beneficiarias, siendo las más.
¿Qué necesita realmente el emprendedor para poner en marcha un negocio?
Sobre todo, mucho esfuerzo, tiempo, convicción y dedicación, además de rodearse de un buen equipo. Es fundamental elaborar un plan de negocio lo más exhaustivo posible y tener claro qué se quiere vender y a quiénes se quiere vender. Esto, con el perfil medio -universitario- de emprendedor y joven empresario en España es sencillo.
Las asociaciones reclaman desde hace tiempo una financiación sin aval, que les permita realmente tener acceso a crédito para emprender. ¿Cómo de beneficioso sería esto?
Es muy necesario. Nosotros por ejemplo, tenemos una muy buena experiencia en este tipo de financiación gracias a un convenio con Enisa, que apadrinamos y potenciamos, que proporciona préstamos con el único aval de la viabilidad del proyecto empresarial. Es muy buena fórmula. El importe máximo de los préstamos es de 75.000 euros y para su concesión no se exigen avales, aunque sí un capital social mínimo cada año más alto, cosa que nos gustaría que no fuera así.
¿Y qué requisitos imponen estos créditos?
La edad de los solicitantes no será superior a los 40 años y la empresa debe estar constituida como máximo, en los 24 meses anteriores a la solicitud. Los planes de empresa deben incluir aspectos innovadores, ya sea relacionados con el producto o servicios que preste la compañía, o con su producción, gestión o comercialización. Gracias a esta línea de préstamos sin aval, se han firmado casi 700 préstamos por un importe de más de 26 millones de euros concedidas a empresas presentadas por Ceaje.
¿Cómo cree que afectará la nueva reforma fiscal al pequeño empresario?
Nosotros somos partidarios de la supresión del sistema de módulos, por el que tributan en torno a 600.000 autónomos. A través de este modelo, los trabajadores por cuenta propia y los pequeños negocios pagan impuestos en función de variables como el tamaño de su local, el consumo eléctrico o el número de empleados. El Gobierno ya limitó mucho en la ley contra el fraude fiscal, aprobada en 2012, el acceso a la tributación por módulos.
¿Cuántas 'ajes' tienen en España?
La Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios representa a 18.500 empresarios menores de 41 años. Es una organización multisectorial en la que se integran 21.000 pymes y grandes empresas, y que agrupa a 55 asociaciones provinciales y federaciones autonómicas.