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El proyecto de Ley de Financiación Empresarial no convence al sector

  • El propósito del Gobierno es crear un marco legal para el apoyo a las pymes
Imagen de Getty

"Restrictiva, controladora y limitadora de la acción del inversor". En palabras de Daniel Oliver, presidente de la Asociación Española de Crowdfunding, esta es la opinión general que la financiación colectiva de nuestro país tiene acerca del nuevo Proyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, aprobado el pasado viernes 3 de octubre en Consejo de Ministros. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Franquicias y Emprendedores

Aunque bien es verdad que esta sensación es mejor que la que recorrió al sector la última vez que el titular de Economía, Luis de Guindos, intentó regularlo.

El mayúsculo impulso adquirido por estas plataformas en el último año hizo que el Gobierno se apresurara demasiado a la hora de lanzar una propuesta legislativa, el pasado mes de mayo, sin contar con las propias asociaciones, las cuales denunciaban haber sido excluidas del proceso de redacción de la norma. Así, los límites a las inversiones que el Ministerio de Economía proponía para el equity crowdfunding y los préstamos entre particulares no fueron bien acogidos por las plataformas, ya que en su opinión, ahogarían a un sector que se presenta como una posible solución a la falta de crédito bancario. Pero esta propuesta se convirtió en la principal fuente de lucha de las plataformas de crowdfunding, quienes obligaron a de Guindos a dar marcha atrás después de una reclamación conjunta y formal.

Financiación colectiva

Mucho se estaba dilatando la aprobación de un proyecto de norma para la financiación colectiva, la cual llevaba varios meses esperando una solución a este limbo legal. De este modo, el día 3 de este mes, y tras las conversaciones mantenidas con los responsables de diferentes plataformas en nuestro país y representantes de la Asociación Española de Crowdfunding, el Gobierno logró su cometido.

"Marco legal para mejorar la financiación de las pymes". El Ejecutivo define de esta manera su intención de convertir a la Ley, una vez corroborada por las Cortes, en un mecanismo que flexibilice el acceso al crédito y canalice el ahorro hacia la inversión de una forma. "Queremos un equilibro entre la necesaria seguridad y la libertad de actuación, y creemos que la norma garantiza esto", dijo el ministro, Luis de Guindos, tras el Consejo de Ministros. Mejor poco que nada.

Quizá sea este el motivo por el que las plataformas, aunque a regañadientes, han dado la bienvenida a la nueva regulación. "Al menos ahora los españoles podrán invertir en crowdfunding financiero con todas las garantías", señala Oliver, quien sí que celebra el paso del sistema por reconocer al crowdfunding como fuerza socioeconómica.

El principal motivo por el que la Asociación Española de Crowdfunding se muestra reticente ante la propuesta de Guindos, es que esta "obvia por completo las medidas de fomento de la financiación colectiva y se centra únicamente en controlar y limitar al inversor", explica Oliver, quien recuerda que la Ley impone una enorme carga administrativa a las plataformas, a la vez que obvia cualquier tipo de apoyo institucional. "Comprobar los proyectos y estudiar el origen de los fondos de los inversores a la vez que se les educa", así resume el presidente de la Asociación las exigencias a las que se verá sometido el sector una vez aprobada la Ley.

Muchas propuestas

No será por falta de proposiciones por lo que la nueva norma no se ajusta del todo a lo reclamado por la financiación colectiva. "Campañas de difusión, aceleración del crecimiento de las plataformas, medidas fiscales de apoyo, desgravaciones para inversores, etc. Y puestos a pedir, podríamos exigir que si alguna vez nuestro sector defrauda miles de millones de euros a la ciudadanía, se le ofrezca un rescate con dinero público ya que, si hemos de tener las exigencias del sector financiero, ¿por qué no también sus privilegios?", dice Oliver.

"Nada que no esté ocurriendo ya en lugares como el Reino Unido", cuenta Oliver. Y es que no se entienden las exigencias financieras en un mercado tan dinámico como el de la financiación colectiva, menos aún si se tienen en cuenta las dificultades que ya supone tener una empresa, ni tampoco que "la nueva ley prohiba expresamente a las empresas de crowdfunding financiarse, precisamente, mediante crowdfunding".

Un salto hacia delante necesario, pero que parece haberse quedado a medio camino con la ley, aún insuficiente para las exorbitantes cifras alcanzadas por este sector.

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