La confesión del expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue vista como un gesto para proteger a su hijo, Jordi Pujol Ferrusola. Sin embargo, la revelación del expresident ha acelerado la acción de la Justicia, que ha puesto el foco sobre el primogénito y el entramado empresarial de la familia. Las sociedades de Pujol Ferrusola perdieron 1,4 millones en 2011. Lo curioso de estas pérdidas es que en algunos casos las empresas registraban un montante negativo a veces insignificante -por ejemplo 60,38 euros- y siempre salían a devolver. Todo hace pensar que podría tratarse de sociedades creadas para la elusión fiscal. Los jueces deben llegar hasta el fondo de este caso de ingenieria empresarial y conocer la verdad de una familia que utilizó la Senyera en su propio beneficio.
