La auditoría de Deloitte en la salida a bolsa de Bankia está bajo sospecha tras un informe del ICAC (Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas), que acusa a la auditora de falta de independencia y conflicto de intereses por la que se enfrenta a una posible retirada de licencia. Esta firma auditó las cuentas de todos los grupos de cajas que han sido nacionalizados y que durante el periodo 2008-2012 facturó 67,22 millones de todas ellas.
Llama la atención que, después de la debacle sufrida por estas entidades, sólo Bankia haya roto su relación con Deloitte. Es saludable que el ICAC estreche la vigilancia sobre las auditoras, pues de nada sirve un mayor control del sector financiero, como ahora se pretende, si quienes asesoran a los bancos no hacen bien su trabajo.