
El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, propondrá recortar los impuestos de las clases media y de las empresas por valor de unos 300.000 millones de dólares (unos 223.457 millones de euros) dentro de su plan para estimular la economía, según adelantó ayer un ayudante suyo del bando democrático.
Este recorte supone el 40% del montante total del paquete de medidas, que podría alcanzar los 775.000 millones de dólares que será discutido hoy en una reunión con los líderes del Congreso. En principio, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, apoya el recorte, aunque aún deben negociarse los detalles, según explicó la fuente.
Con este fuerte recorte de impuestos, que superaría a los llevados a cabo por George W. Bush en 2001 y en 2003 (los mayores de la historia), Obama buscaría ganarse el apoyo de los republicanos, que siempre han sido más partidarios de rebajar impuestos que de aumentar el gasto.
El plan, diseñado para reactivar la demanda, usará unos 140.000 millones de dólares para los individuos, a los que se les recortarán impuestos por valor de 500 dólares por persona y 1.000 dólares por pareja, según su ayudante. El cambio se producirá en las retenciones, y no en un cheque como en el plan de Bush.
En cuanto a las empresas, las medidas serían similares a las utilizadas en los últimos planes fiscales, como por ejemplo pudiendo deducir impuestos pagados en los últimos cinco años de las pérdidas en las que se incurren ahora, algo que hasta ahora sólo se podía hacer en los dos últimos ejercicios.
Además, el Congreso podría incluir incentivos como reducción de impuestos para las empresas que contraten trabajadores y otras medidas para reacelerar la inversión en equipos.