
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró hoy que el gobierno de Turquía no le ha pedido ayuda financiera pese a la abrupta depreciación de la lira y las recientes tensiones comerciales con Estados Unidos.
"No hemos recibido indicación alguna de las autoridades turcas de que estén contemplando solicitar asistencia financiera", indicó a Efe un portavoz del Fondo, que pidió el anonimato, al comentar la situación.
La frágil situación económica de Turquía, agravada por su alta deuda en divisa extranjera y la gradual subida de tipos de interés en Estados Unidos, ha hecho pensar que Ankara se pueda ver obligada a solicitar ayuda al FMI, tal y como hizo hace unos meses Argentina tras una similar y súbita depreciación del peso.
La institución financiera dirigida por Christine Lagarde ya advirtió en abril, en su informe de "Perspectivas Económicas Globales", que Turquía es uno de los mercados emergente más vulnerables al ajuste monetario en EEUU y a la salida de flujos de inversión.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró hoy que la caída de la lira, que ha perdido un 27% de su valor desde inicios del mes y cerró su cotización a 6,99 liras frente por dólar, no se debía a motivos económicos sino que era consecuencia de un "ataque" de factores externos.
Negó también, como ya hizo su yerno y ministro de Economía, Berat Albayrak, que su Gobierno tuviese intención de confiscar los depósitos en moneda extranjera o convertirlos por la fuerza en liras turcas para frenar la caída de la divisa nacional.
El Banco Central de Turquía (TCMB) anunció hoy la inyección de aproximadamente 6.000 millones de dólares y oro por valor de 3.000 millones, así como 10.000 millones de liras, mediante la reducción de los límites de reservas de divisas permitidas a los bancos turcos.
Según los analistas, la caída de la lira turca se debe a la pérdida de confianza de los inversores en una economía ya debilitada, exacerbada por las tensiones diplomáticas con Estados Unidos, que ha anunciado sanciones para forzar la liberación del predicador estadounidense Andrew Brunson, que lleva dos años en prisión preventiva en Turquía.
La pasada semana, el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció una duplicación de los aranceles a la importación de acero y aluminio turcos, hasta el 50% y 20%, respectivamente.