
El Mecanismo Único de Supervisión (MUS), que agrupa las funciones como supervisor bancario del Banco Central Europeo (BCE), ha reforzado en los últimos meses su atención a la exposición a Turquía de los grandes bancos europeos ante la inestabilidad de su divisa, que este viernes llegaba a caer más de un 13% en su cambio frente al dólar.
Según fuentes conocedoras consultadas por Financial Times, el MUS ha comenzado en los dos últimos meses a vigilar más de cerca la situación de entidades como BBVA, Unicredit y BNP Paribas, con operaciones significativas en el país otomano, aunque el diario apunta que la institución "no considera la situación crítica por el momento".
La lira turca ha llegado a caer este viernes más de un 13% en su cotización frente al dólar, alcanzando así un peor cruce de 6,2860 liras por cada 'billete verde', dejándose así un tercio de su valor frente al dólar en lo que va de año, ante la falta de resultados en las recientes conversaciones entre Ankara y Washington y las crecientes tensiones en los últimas semanas en las relaciones entre ambos países, aliados en la OTAN.
El Ministerio de Finanzas de Turquía ha expresado en un comunicado publicado este jueves su confianza en que la economía del país mantendrá para 2019 un ritmo de crecimiento "de entre el 3% y el 4%", añadiendo que el déficit por cuenta corriente será inferior al 4% del PIB.
La caída de la divisa turca perjudica a los ingresos generados por los bancos europeos en el país afectando a sus inversiones y sus participaciones. BBVA cuenta en el banco turco Garanti con una participación del 49%. La inversión asciende a 7.000 millones desde 2010. Actualmente, la valoración bursátil del paquete accionarial se sitúa sobre los 2.400 millones.
Por su parte, Unicredit cuenta con una participación del Yapi Kredi, al que se le considera el banco turco más débil, y BNP tiene un 72% de TEB.
Pero el BCE en su vigilancia pone el acento en el riesgo crediticio. La institución teme los vínculos con los bancos turcos y que las entidades nacionales no tengan cubiertos sus deudas en dólares. La debilidad de la lira aumenta probabilidad de que no puedan devolver los préstamos al generar la mayor parte de sus ingresos en liras. El crédito en dolares supone alrededor del 40% de los activos del sistema financiero turco.
Por eso los expertos temen que si el dólar llega a intercambiarse por siete liras, según una advertencia de Goldman Sachs, los bancos turcos colapsarían. El Ministerio de Finanzas tuvo que salir al paso ayer garantizando que las entidades tienen un sólido balance para aguantar la depreciación de la lira y descartando problemas de liquidez.
Por suerte la banca turca la morosidad del sistema está controlada con una tasa del 3%, aunque la agencia Moody advierte de que la deuda no cobrada ascenderá en la medida que crezca la presión sobre la economía.
Según los datos del Banco Internacional de Pagos, la deuda de las entidades turcas asciende a 148.000 millones de dólares, cinco veces más que en dólares. El pasivo en euro asciende a 110.000 millones de dólares, con España y sus bancos españoles como los principales acreedores. La exposición asciende hasta los 83.000 millones de dólares.