
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, notificó a su homólogo en el Departamento de Defensa, James Mattis, que su equipo emprenderá una investigación para determinar los efectos que las importaciones de uranio tienen en la seguridad nacional. Así, la administración de Donald Trump vuelve a echar mano de la socorrida sección 232 de la Ley de Comercio de 1962, que amparó los aranceles del 25 y el 10%, respectivamente, a las importaciones de acero y el aluminio.
"Durante el curso de la investigación, el personal de Comercio consultará con sus contrapartes en el Departamento de Defensa sobre cualquier cuestión que pueda surgir", adelantó Ross, quien en un comunicado argumentó que dicha investigación analizará a todo el sector de uranio, desde la industria minera y el enriquecimiento, hasta defensa y consumo industrial.
Desde Comercio señalan como la producción nacional para consumo energético militar y eléctrico ha disminuido desde el 49 hasta el 5%. De esta forma, se toman en cuenta las peticiones de productores americanos, como Energy Fuels y Ur-Energy, que encomiaron a Ross a emprender estas acciones.
"A pesar del papel crítico del uranio en apoyar la electricidad limpia y la defensa nacional, las importaciones de uranio barato, subsidiado por el estado, han crecido en los últimos años hasta el punto de que los proveedores nacionales proporcionan actualmente menos del 5% de la demanda de nuestro país", justificaron ambas compañías. Su solución a este problema llegaría de la mano de una cuota que limitaría las importaciones de uranio y aseguraría que los productores estadounidenses proporcionen el 25% del suministro.
Solo el 7% del uranio destinado a las plantas nucleares del país era estadounidense. El año pasado, la energía nuclear generó el 20% del total de la energía de la nación. Durante dicho periodo, la producción de concentrado de uranio estadounidense registró su nivel más bajo desde 2004. Canadá (25%), Kazajstán (24%), Australia (20%) y Rusia (20%) fueron los principales exportadores de uranio utilizado en las plantas de energía patrias en 2016, según Agencia de Información de Energía de EEUU.
Más de la mitad de los reactores nucleares estadounidenses no son rentables, con pérdidas por 2.900 millones de dólares anuales, según un informe reciente de Bloomberg New Energy Finance, del que se hizo eco la CNBC.
Este anuncio llegó un día después de que el influyente senador republicano, Orrin Hatch, diera a entender que estaría dispuesto a apoyar una legislación que limite la autoridad del inquilino de la Casa Blanca sobre asuntos comerciales si continúa imponiendo aranceles.
Precisamente, Trump amenazó el miércoles a la Unión Europea con una "tremenda ofensiva" si en su reunión el próximo 25 de julio con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, no se logra un acuerdo justo sobre la industria automotriz. La Casa Blanca adelantó previamente que durante la visita se tratarán una amplia variedad de temas, incluyendo política exterior y de seguridad, contraterrorismo, seguridad energética y crecimiento económico.
Se espera que Juncker siente la base para establecer un posible acuerdo que reduzca los aranceles automovilísticos entre los principales socios comerciales europeos. Una idea que también puso en el tablero el propio Trump el pasado mayo, aunque no está claro cual es la postura estadounidense. Tampoco se han publicado los resultados de la investigación, similar a la del acero, el aluminio o el uranio, que el Departamento de Comercio realiza sobre la industria automotriz. De momento, eso sí, el director del Consejo Económico Nacional, Larry Kudlow, se ha mostrado abierto a negociar una posible rebaja o incluso eliminación de los aranceles a los coches entre la UE y EEUU.