Bruselas
Se acabó la luna de miel entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Comisión Europea. La ministra de Economía, Nadia Calviño, anunció este jueves tras el Eurogrupo que el Gobierno no cumplirá con las metas fiscales marcadas por Bruselas. Sobre todo con el esfuerzo estructural, el parámetro más importante para el Ejecutivo comunitario una vez que nuestro país salga del procedimiento de déficit excesivo este año.
Si la Comisión le pide para el próximo año un 0,65% del PIB (unos 7.000 millones), Calviño dijo que se quedará en un 0,4%, algo menos de 3.000 millones de diferencia. El déficit nominal también se desviará de lo fijado, yéndose hasta el 2,7% este año (en lugar del 2,2 fijado) y el 1,8% en 2019, en vez del 1,3.
Esta nueva senda marcará el techo de gasto, que dará forma a los presupuestos para el próximo año que el Gobierno ya ha empezado a preparar. Calviño argumentó que cumplir con la senda de Bruselas hubiera implicado adoptar "medidas de gran magnitud", que hubieran afectado negativamente al crecimiento y el empleo. Y argumentó que la corrección es "perfectamente compatible" con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, dada la flexibilidad que permite en algunos casos las normas fiscales de la UE.
Calviño se reunió el jueves con el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, para explicare la revisión. La ministra dijo que el encuentro fue "extremadamente constructivo", pero que no era el momento para tumbar o aceptar la propuesta. Llegará en otoño, cuando el Ejecutivo comunitario ofrezca su veredicto sobre el borrador del presupuesto.
Horas antes del anuncio, Moscovici había recordado a España la necesidad de cumplir con la meta fijada. "Los compromisos tienen que ser respetados", dijo el socialista. Recordó que estos deberes son "favorables" con España, porque al calcular el esfuerzo estructural que corresponde a nuestro país, la matriz que utilizan sus servicios apuntaba a un ajuste de en torno al 1% de su PIB (unos 11.500 millones de euros). En vez de eso, el Gobierno deberá conseguir mejorar las cuentas en 7.000 millones de euros. Y para ello no podrá aprovecharse de los vientos de cola en los que hasta ahora se ha basado la consolidación presupuestaria gracias al ciclo económico expansivo. Deberá conseguir esa cantidad subiendo impuestos o metiendo la tijera.
Aunque la desviación pueda abrir un pulso entre el Madrid y la Comisión, es difícil que la tensión se dispare como en épocas pasadas dado que la trayectoria es de "consolidación", como recordó Calviño, y Bruselas tiene frentes abiertos más importantes que dos décimas estructurales, como el desafío migratorio. Pero ser comprensivo con España podría ser aprovechado por socios como el conflictivo gobierno populista italiano, que ya ha anunciado que quiere aumentar el gasto.
Calviño: "Las perspectivas son muy positivas tanto para este ejercicio como para el que viene"
Durante la presentación de las previsiones de verano de la Comisión Europea, Moscovici señaló que la economía española crecerá este año un 2,8%, una décima menos de la cifra incluida en las previsiones de mayo. Para 2019 mantiene el 2,4% esperado en primavera. Y, con este telón de fondo, la ministra Calviño, antigua directora general de presupuestos en la Comisión, recordó que la previsión comunitaria es aún superior a la cifra del Gobierno (2,7%).
"Dados los riesgos que existen en este momento para la economía internacional, es razonable ser prudente", comentó Calviño. "Las perspectivas son muy positivas tanto para este ejercicio como para el que viene", indicó. Moscovici suscribió este optimismo e incluso apuntó que el crecimiento español, a pesar del ligero recorte, continúa siendo "muy robusto", "el mejor" entre los grandes de la eurozona.
El Ejecutivo comunitario explicó la revisión por el impacto en la demanda de la subida de los precios del petróleo, más alta de lo anticipado en mayo (precios que este jueves estaban por encima del precio medio estimado para el año, de 72,8 dólares por barril). También por el daño que está haciendo a las exportaciones la guerra comercial en marcha.
Estos factores son más poderosos que el ligero impulso que trae el presupuesto expansivo para este año, o la mejora del consumo gracias al crecimiento de los salarios y la creación de empleo.
El director general del departamento de Economía y Finanzas, Marco Buti, ya advirtió en mayo que una escalada proteccionista podría hacer descarrilar la expansión, y por lo tanto acercar la recesión. Pero a pesar del aumento de las tensiones desde primavera, Moscovici comentó que "estamos todavía en este ciclo expansivo, por lo que no esperamos una catástrofe".