
Los mercados emergentes vuelven a estar en el ojo del huracán. Argentina, Turquía o Brasil están sufriendo importantes depreciaciones de sus divisas que amenazan con desatar fuertes presiones inflacionarias, endurecer sobremanera las condiciones financieras domésticas y desestabilizar la economía de la región. Estas depreciaciones tienen mucho que ver con la 'otra cara de la moneda', que es la fuerza del dólar, que espera la séptima subida de tipos por parte de la Fed esta semana.
Según los datos del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), los países emergentes acumulan dos meses consecutivos de salidas de capitales netas. En abril el dato fue ligeramente negativo, pero en mayo las salidas netas fueron de más de 12.000 millones de dólares, 6.000 millones en los mercados de renta variable y otros 6.000 en el de bonos.
La tormenta perfecta
Argentina, Turquía y Brasil están sufriendo con intensidad estos movimientos. Sus divisas se han depreciado con fuerza en las últimas semanas. La fortaleza del dólar y unas economías que ya presentaban síntomas de debilidad han conformado la tormenta perfecta para estos países.
Mohamed El-Erian, economista jefe de Allianz, explicaba en un artículo en Project Syndicate que las apreciaciones del dólar pueden causar un daño importante a algunos países. Unas perspectivas más débiles para Europa, un entorno global más tenso y la salud económica de EEUU están propiciando la apreciación del dólar.
Los inversores buscan subirse a la ola del crecimiento, los beneficios y los rendimientos de los bonos: "Ahora mismo hay menos capitales externos buscando retornos en Europa y en las economías emergentes, y algunos de estos capital están volviendo a EEUU. Los factores económicos y financieros podrían seguir favoreciendo la apreciación del dólar. La única forma de aliviar la presión y mitigar los efectos es a través de respuestas políticas efectivas", aseguraba El-Erian.
Consecuencia: fuerte depreciación
Los economistas de CaixaBank Research también inciden en su boletín mensual en que en las últimas semanas se está viviendo una etapa de fuerte presión depreciatoria sobre diversas divisas emergentes. "Así, desde finales de abril, que es cuando se empezó a materializar con más virulencia el alza del dólar y del tipo de interés norteamericanos, el peso argentino se ha de¬¬preciado cerca de un 20% respecto al dólar, la lira turca más de un 10% y un amplio número de monedas (entre ellas, el zloty polaco, el real brasileño, el peso mexicano, el peso chileno y el peso colombiano) se han movido en la zona del 6-4%", explican.
Según el Instituto de Finanzas Internacionales, uno de los grandes problemas de estos países son los elevados niveles de deuda pública y privada denominada en dólares. Este tipo de emisiones (en dólares) se realizan para reducir el pago por intereses, por un lado, y porque muchas empresas necesitan dólares para adquirir ciertos inputs en sus procesos productivos. Sin embargo, cuando el dólar se aprecia contra la divisa en la que estas firmas/gobiernos obtienen sus ingresos, el peso de la deuda se incrementa poniendo en riesgo sus sostenibilidad.
Aunque la preocupación de los inversores ha provocado que muchos de ellos actúen como 'rebaño' y hayan liquidado posiciones en todos los emergentes, según destacan desde el IIF, lo cierto es que hay diferencias entre estos países que son fundamentales a la hora de diferenciar cuáles podrían tener graves problemas, mientras que otros sólo sufren turbulencias.
Deuda externa y dependencia exterior
Si bien es cierto que se ha producido un incremento de la deuda externa más o menos generalizado, en el caso de Argentina y Turquía el crecimiento ha sido muy superior en términos relativos (respecto al PIB). También destacan para mal en este apartado Sudáfrica o Hungría.
"En cuanto al margen de maniobra ante posibles shocks que activen las vulnerabilidades, tres aspectos claves son saber si tienen suficientes divisas para intervenir en defensa de su moneda, si la posición fiscal es holgada y si existe margen de subida de la política monetaria sin que los tipos de referencias se sitúen en niveles inasumibles. Como sucedía con las vulnerabilidades, la capacidad para mitigar posibles shocks es menor de lo deseable en Argentina, Turquía, Sudáfrica, Malasia, Brasil y Hungría" señalan desde el banco catalán.
Los bancos centrales de Turquía y Argentina lo tienen difícil en este aspecto, puesto que han gastado ya prácticamente toda la munición en lo que ha subidas de tipos se refiere. Aunque incrementar aún más el precio del dinero podría frenar la inflación y la depreciación de sus divisas, también sería un elevado lastre para el crecimiento de sus economías, por lo que hay que tener mucho cuidado a la hora de elegir los siguientes movimientos.
En este caso, vuelven a ser Turquía y Argentina los países que tienen una cantidad inferior de reservas de divisas respecto a su PIB. Argentina y Brasil (junto a Sudáfrica) son los que presentan un mayor desequilibrio en sus cuentas públicas en términos de déficit público. En este casi, Turquía logra salir relativamente airosa.
A modo de conclusión, la lista de emergentes frágiles que deriva de la revisión anterior, es bastante amplia e incluiría según los analistas de CaixaBank a Argentina, Turquía, Sudáfrica, Colombia, Malasia, Hungría, Brasil e Indonesia. No obstante, ateniendo a los bajos niveles de reservas de divisas, al déficit por cuenta corriente y a la reciente acumulación de deuda externa, Argentina y Turquía son los más vulnerables, seguidos de cerca por Brasil.