
El candidato a ser el ministro de Economía de Italia, Paolo Savona, discutido por sus ideas anti euro, ha expuesto este sábado la que será su línea de acción si llega a obtener la cartera: su gestión estará orientada a reducir el déficit a través de la actividad económica interna y no a través de los recortes y la presión fiscal.
ha roto así su silencio mediante un comunicado en el que ha explicado sus posiciones respecto a Europa, de la que quiere que sea "diferente, más fuerte y más justa", ha dicho.
Según los medios italianos, la candidatura de Savona, de 81 años, es el gran obstáculo que está encontrando Giuseppe Conte, encargado de formar Gobierno en Italia, pues no cuenta con el beneplácito del jefe de Estado, Sergio Mattarella.
Las fuerzas políticas que han pactado para crear el Gobierno, La Liga y el Movimiento 5 Estrellas, continúan apoyando la candidatura de este economista en un duro pulso institucional.
La meta es Maastricht
Savona ha afirmado que entre sus propuestas, que fueron recogidas en el programa de Gobierno de la Liga y el M5S, está "la plena actuación de los objetivos establecidos en 1992 con el Tratado de Maastricht y confirmados en 2007 con el Tratado de Lisboa, encontrando los instrumentos para activar los objetivos que están especificados en el texto".
Respecto a las preocupaciones expresas en el debate sobre la deuda pública y el déficit, explica que "la acción del Gobierno estará dedicada a un programa de reducción de la deuda pública no por medio de impuestos y austeridad, políticas que se han relevado equivocadas para obtener este objetivo".
El programa estará basado en "el crecimiento del PIB obtenido con un relanzamiento de la demanda interna por parte de los inversiones y multiplicando las políticas de apoyo del poder de adquisición de las familias y también con la demanda externa creando las condiciones favorables a las exportaciones".
Otras de sus propuestas son "crear una escuela europea para construir una cultura común que consienta el afirmarse del consenso al nacimiento de una unión política" y " asignar al Banco Central Europeo (BCE) las funciones que realizan las principales bancos centrales de mundo para perseguir el doble objetivo de la estabilidad monetaria y del crecimiento real".
Otra idea es la de "atribuir al Parlamento europeo los poderes legislativos sobre las materias que no pueden ser gobernadas con igual eficacia a nivel nacional" y "asignar al Consejo Europeo de los Jefes de Estado los deberes de vigilancia sobre las instituciones europeas para garantizar el respeto de los objetivos y el uso de poder establecidos por los nuevos acuerdos".
Savona concluye esperando poder haber contribuido a aclarar cuales son sus posiciones en toda esta "polémica".