
La convocatoria de la primera subasta de las frecuencias de telefonía móvil de 5G se conocerá en los próximos días, "a lo largo de este mes de mayo o principio de junio, como muy tarde", según reconocieron este martes a elEconomista las fuentes consultadas. Para alegría del conjunto del sector de las telecomunicaciones, el Gobierno ya ha cumplido todos los trámites, estudios y formalidades, lo que permite anticipar que el anuncio podría realizarse de forma inminente, en cualquier momento a partir de ahora.
Por lo pronto, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital ya ha redactado la orden que marcará los plazos y condiciones para el reparto de espectro radioeléctrico más importante de los últimos siete años. Asimismo, el martes por la tarde se reunieron altos cargos de Agenda Digital con algunos representantes de los operadores, con la nueva subasta de 5G como asunto principal de conversación.
El objetivo del Gobierno consiste en que las telecos puedan celebrar las pujas por el nuevo espectro a finales del próximo julio. Hasta entonces, los futuros interesados dispondrán de dos meses para diseñar sus respectivas estrategias con las que adquirir espectro de la banda de 3,5 GHz (3,4-3,8 GHz).
Frente al runrún generalizado en el mercado, el departamento que dirige Álvaro Nadal mantiene el suspense sobre la fecha de desbloqueo de una situación que inquieta a los fabricantes de infraestructuras. Por el contrario, las grandes telecos consultadas hacen gala de paciencia, conscientes de que actualmente no existe una urgencia en el mercado para disponer de las nuevas frecuencias de 5G.
Fuentes del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital eludieron precisar las fechas de la convocatoria de la subasta del 5G. Tampoco existen previsiones sobre la recaudación aproximada de la próxima subasta de 3,5 GHz, aunque el botín esperado por el Estado podría superar los 130 millones de euros, según estimaciones del mercado. El desembolso más importante por las frecuencias del 5G se reserva para la convocatoria de subasta de la banda de 700 MHz, activos de especial relevancia para el desarrollo de la súper banda ancha móvil. Cuando eso suceda, presumiblemente a finales de 2018 o principio de 2019, el Estado podría recaudar más de 2.000 millones de euros, también según estimaciones del sector. Por el mismo concepto, Alemania ingresó más de 5.000 millones de euros en 2015, mientras que Francia recaudó cerca de 2.800 millones con los mismos recursos radioeléctricos de 700 MHz.
La última referencia de subasta de espectro en suelo español se remonta a 2011, cuando se repartieron las frecuencias de 4G entre los principales operadores españoles (Telefónica, Orange y Vodafone) a cambio de 1.800 millones de euros.
A finales del pasado febrero, la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital fijó en 120 MHz el máximo de recursos radioeléctricos que podría acumular un mismo operador o grupo empresarial. Durante el proceso de audiencia pública, que se prolongó hasta el pasado 14 de marzo, las telecos pudieron elevar sus opiniones al Ejecutivo. Así, Orange mostró su malestar por dicho tope y propuso rebajar el límite a los 100 MHz, para así evitar posibles concentraciones de espectro en determinados competidores. Durante los pasados meses de marzo y abril, a petición del Gobierno, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) redactó un informe sobre dicha cuestión y recomendó fijar en 235 MHZ el límite de cantidad de frecuencias a utilizar por un mismo operador en las bandas medias (1.800 MHz, 2.100 MHz y 2,6 GHz, así como en las de 3,4-3,6 GHz) en cualquier ámbito territorial.
Según explicó el regulador sectorial en la consulta, dicho límite en la acumulación de frecuencias permitiría a los operadores "disponer de hasta 100 MHz en la banda de 3,4-3,8 GHz para prestar servicios de 5G con altas capacidades".
Sin aparente éxito, la CNMC también solicitó al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital que le remitiera los proyectos de convocatoria de licitaciones de las bandas destinadas a comunicaciones electrónicas, dada su importancia para el desarrollo competitivo de los mercados.