
Cuando Merkel alcanzó la cancillería en 2005 la economía alemana emprendió un vertiginoso ascenso hacia la recuperación. Aumentó el crecimiento, bajó el desempleo y aquella Alemania que hasta entonces era vista como la enferma de Europa se convirtió en un país modelo. El mundo ha cambiado mucho desde entonces. También la situación geopolítica. Sin embargo, la fortaleza de la locomotora alemana permanece indeleble. Tanto que algunos organismos han alertado incluso que ese crecimiento podría ser contraproducente. Las pensiones subirán este año en Alemania por encima del 3%
Así, el Bundesbank advertía en su último informe mensual que la construcción registra "notables cuellos de botella en su capacidad" lo que podría frenar su expansión o el Consejo de los Cinco Sabios alemanes coincidía asimismo en pronosticar que la economía del país está creciendo de tal forma que se está sobrecalentando. Unos pronósticos que distan mucho de los que prevén algunos de sus socios europeos y con los que Merkel comenzó su cuarto periodo como canciller.
Según estimaciones del Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW, por sus siglas alemanas), la economía alemana debería crecer un 2,4% este año y un 1,9 en 2019, lo que supone una corrección al alza del 0,3% para el próximo año. Un crecimiento que para este organismo refleja principalmente el nuevo marco de política fiscal resultante del nuevo acuerdo de coalición alcanzado entre conservadores y socialdemócratas. A pesar de que Merkel tuvo que aceptar una serie de concesiones para firmar su nuevo ejecutivo y accedió a frenar desregulaciones que habían dado rienda suelta a la economía desde 2005, las medidas presentadas en el pacto supondrán elevar el crecimiento en tres puntos porcentuales para el próximo año, según el DIW.
Medidas sociales
Así, el plan para financiar el seguro de enfermedad dividiendo equitativamente los costos entre empleadores y empleados debería traducirse en un alivio para los trabajadores cercano a los 6.000 millones de euros solo en 2019. Una medida que dará como resultado un aumento significativo en el ingreso neto disponible de los hogares privados y que podrá ser recompensado con la reducción en la tasa de contribución al seguro de desempleo, que se supone se implementará en 2019, y que también implicará una deducción de 3.600 millones de euros para los hogares durante el próximo año.
En esta línea, jugará asimismo un importante papel el aumento de la pensión que recibe cada madre por cada uno de sus hijos o la puesta en marcha de diversos programas de inversión o fomento de la economía. Así, otro de los acuerdos de coalición incluye inversiones estatales para la expansión de la banda ancha de Internet o en investigación y desarrollo. Unos gastos que ascienden a un total de 1.500 millones de euros y que, según este Instituto, es probable que estimulen de alguna manera la economía.
Crecer sin estímulos
No obstante, y según algunos analistas, el crecimiento alemán mantendría su ritmo incluso sin la necesidad de los estímulos propuestos por la Gran Coalición. De hecho, sin haberse cerrado el acuerdo, el Instituto Ifo y el instituto de la Economía Mundial de Kiel (IfW), dos importantes centros de estudios alemanes, ya pronosticaron que la economía alemana aumentará este año a su mayor tasa desde 2011. La economía mundial está creciendo con fuerza y las exportaciones alemanas serán unas de las mayores beneficiadas. Algo que repercutirá en positivo a la industria e incluso a los proveedores de servicios que están viendo como los hogares gastan cada vez más debido a la situación favorable del mercado laboral y a los acuerdos salariales. Solo la construcción podría verse perjudicada ya que la falta de mano de obra y de suelo está provocando un aumento de los precios y por tanto, una reducción gradual de la demanda.
Además, dado que es probable que el crecimiento económico mundial pierda impulso en el contexto de una política monetaria menos expansiva, la economía alemana irá cayendo gradualmente durante el 2019 en una moderada desaceleración. Algo que, sin embargo, no causaría ningún daño debido al favorable estado del mercado laboral.
No obstante, los riesgos también se ciernen sobre estas perspectivas económicas. Así, el feroz conflicto sobre la introducción de aranceles en las importaciones estadounidenses y otras tendencias proteccionistas, como el Brexit o el resultado de las elecciones italianas, es preocupante desde una perspectiva alemana. Si el comercio internacional se ve afectado, las exportaciones alemanas sufrirás las consecuencias. Es por ello, que desde el DIW, se aconseja al ejecutivo que se centre más en influir positivamente en el crecimiento a largo plazo.