En su parsimonioso camino hacia la recuperación, el mercado laboral español tardará al menos otros cuatro años en reponerse de la crisis en términos de ocupación. Nuestro país volvió a crear casi medio millón de empleos en 2017, que cerró con algo menos de 19 millones de ocupados. Todavía nos faltan 1,75 millones de trabajadores para alcanzar la masa laboral que teníamos en 2007. De mantenerse este ritmo anual de generación de empleo, no volveremos a disponer de esos 20,7 millones de ocupados hasta 2021. La radiografía de los ocupados en España: menos analfabetos y más sisis
Y eso, en el mejor de los casos. Las previsiones apuntan a tasas anuales de crecimiento del empleo por debajo del 2,6% del año pasado y, de hecho, la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2017 deja ver ya ciertos síntomas de la advertida ralentización que encaramos a partir de este ejercicio.
Entre los meses de octubre y diciembre, mientras el desafío de los independentistas catalanes al Estado acaparaba todas las atenciones, se quedaron en el paro 34.900 personas, en el primer repunte del desempleo en el último trimestre desde 2014, y la ocupación disminuía en 50.900, su peor registro en este periodo desde 2013.
La duda que se plantea ahora es si los malos datos de los últimos tres meses del año pasado suponen un simple bache en el mercado laboral o anticipan un cambio de tendencia hacia la desaceleración. "La recuperación del mercado de trabajo continúa a buen ritmo, pero se ralentiza", advierte el profesor y coordinador del Departamento de Investigación del IEB, Miguel Ángel Bernal, quien recuerda que "la tasa de paro es aún hoy desorbitada".
El Instituto Nacional de Estadística (INE) sitúa el porcentaje de desempleados en el 16,5% de la población activa a cierre de 2017 y, en este sentido, las proyecciones a medio plazo no son demasiado halagüeñas. El propio Gobierno, con la meta de los 20 millones de ocupados en mente, calcula que la tasa solo bajará al entorno del 11% en 2020, todavía muy por encima del 7,9% alcanzado en 2007, antes de la crisis.
Pero, aunque el mercado laboral flojeó en la recta final de 2017, no se puede decir que fue un mal año para el empleo. Al contrario, la ocupación sumó su cuarto aumento anual consecutivo, con 490.300 nuevos trabajadores, y abandonaron el paro 471.100 personas, en el quinto año de caída del desempleo.
El Gobierno basa su valoración, de hecho, en la evolución de los últimos doce meses. El ministro de Economía, Luis de Guindos, destacó ayer que "se han creado prácticamente medio millón de empleos en 2017". "Mantengamos el rumbo para seguir avanzando", dijo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Recuperación del indefinido
Por su parte, la ministra del ramo, Fátima Báñez, aseguró ayer que España ya ha recuperado todo el empleo indefinido destruido durante la crisis y se sitúa ya en niveles de 2007. Sólo en el último año, los contratos fijos se han incrementado en casi 358.000 (un 3%), mientras los temporales lo han hecho en 179.200 (un 4%). A esto hay que sumar que todo el empleo creado el año pasado fue a tiempo completo (517.900), frente a la destrucción de 27.600 puestos de trabajo a tiempo parcial.
Durante su comparecencia en la Comisión de Empleo y Seguridad Social en el Congreso de los Diputados, la ministra indicó que "hoy hay un 73,3% de empleo estable". "Nos sigue preocupando el nivel de temporalidad, pero es justo reconocer que esos que tienen un contrato temporal de menos de un mes son el 0,89% del total de los asalariados", dijo Báñez.
Sin embargo, para CCOO, que la tasa de temporalidad se sitúe en el 26,7% es reflejo de que la reforma laboral del PP "destruye empleo de calidad y crea trabajo precario". "A esto hay que añadir que, de las personas en paro, más de la mitad llevan al menos un año en desempleo", denuncia desde el sindicato Lola Santillana.
Los datos del INE reflejan que 1,6 de los 3,7 millones de parados perdieron su empleo hace más de un año. Es el paro de larga duración, junto con la elevada temporalidad, una de las grandes lacras de nuestro mercado laboral, que Empleo y los agentes sociales trabajan por reducir con la elaboración de un plan de choque que unifique todas las ayudas (actualmente hay más de tres para este colectivo) en una.
En el cómputo anual, además, fue entre los parados de larga duración donde más se redujo el desempleo, con 334.400 desempleados menos, un 17%, seguido de los servicios (-64.200), donde cayó un 5%. En 2017 solo aumentó levemente el paro en la industria.
Al mismo tiempo, todos los sectores crearon empleo. El mayor aumento se lo anotaron los servicios, que ganaron 289.700 trabajadores el año pasado; mientras, la industria generó 132.200 puestos de trabajo; la construcción, otros 64.300; y la agricultura, alrededor de 4.000 empleos en 2017.
Durante el año pasado, el desempleo bajó en ambos sexos, aunque el recorte del paro masculino fue mayor, del 13%, frente al 9% del femenino. Así, la tasa de paro de los hombres quedó en el 14,9% y la de las mujeres, en el 18,3%.
Una diferencia de género que marca tendencia en el mercado laboral e intensifica el debate ahora en auge sobre la brecha salarial. En este sentido, Báñez aseguró ayer que, aunque la diferencia de sueldos entre hombres y mujeres en España se encuentra en "mínimos históricos", su departamento promoverá, entre otras medidas, las auditorías salariales en empresas de más de 250 trabajadores para garantizar la igualdad retributiva.
Cataluña, inmune al 'procés'
En otro orden de cosas, hace unas semanas, la ministra aseguraba que, víctima de la inestabilidad generada por el procés, Cataluña destruía uno de cada tres empleos en España. Así lo reflejaban los datos mensuales de la Seguridad Social.
Sin embargo, la EPA trimestral revela que la región siguió una tendencia similar e incluso más positiva que la del resto de comunidades autónomas entre octubre y diciembre. En concreto, en los tres meses posteriores al referéndum del 1-O la ocupación creció un 3,5% anual en la región, frente al 2,6% nacional, y el paro se redujo un 14%, por encima del 11% de media.
