Economía

Los economistas ponen fecha a la primera subida de tipos y al final del QE en la Eurozona

Mario Draghi, presidente del BCE

Los economistas han adelantado la fecha en la que el Banco Central Europeo (BCE) pondrá fin a su programa de compra de bonos, dadas las señales macroeconómicas más optimistas sobre inflación y crecimiento, que podrían estar ganando terreno entre los responsables de política monetaria.

Aunque no se espera ninguna medida en la reunión del Consejo de Gobierno del 25 de enero, casi la mitad de los participantes en una encuesta de Bloomberg han señalado que el BCE anunciará en junio la fecha en la que pondrá fin al programa de estímulos. Solo el 38% creía eso mismo en la encuesta pasada. Se espera que el primer cambio en la orientación de política monetaria (en el discurso o forward guidance) ocurra en marzo.

Sobre cuándo subirán los tipos de interés, los economistas afirmaron que la tasa de depósitos se elevará hasta el 0,25% en el segundo trimestre de 2019, desde el 0,4% de la actualidad. La tasa principal de refinanciación se elevará en los tres próximos meses desde el incremento del tipo sobre depósitos.

Nueva presión de los halcones

La perspectiva refleja la renovada presión de parte de algunos miembros del BCE para que se reconozca que la expansión económica más fuerte en diez años pronto impulsará la inflación, y que necesitan evitar quedarse detrás de la curva. Por otro lado, algunos han advertido esta semana acerca del fortalecimiento del euro y el riesgo de que esto reduzca las presiones inflacionarias.

"El tema principal para los próximos meses será la comunicación", asegura Kristian Toedtmann, economista de DekaBank en Fráncfort. "Son probables cambios en la orientación de política monetaria, pero seguramente no serán iguales para todos los instrumentos".

Comentarios con un tono más restrictivo de autoridades que prefieren avanzar con los planes para deshacer el estímulo del BCE han dominado el debate público durante el cambio de año.

El miembro del Comité Ejecutivo, Yves Mersch, y los miembros del Consejo de Gobierno, Jens Weidman y Ardo Hansson, han instado a que se tomen medidas importantes y con decisión. Incluso el miembro del Comité Ejecutivo, Benoît Coeuré, uno de los arquitectos del programa de relajamiento cuantitativo, ha asegurado que veía una "posibilidad razonable" de que la extensión del programa hasta septiembre haya sido la última.

En una señal del cambio de consenso entre los miembros del Consejo de 25 miembros, las actas de la reunión de diciembre revelaron que esta instancia revisaría su lenguaje sobre la política monetaria a inicios de este año. La publicación de ese documento la semana pasada empujó al euro a su mayor nivel desde fines de 2014.

El avance alarmó a algunos funcionarios del BCE. El vicepresidente, Vítor Constâncio, y los gobernadores François Villeroy de Galhau y Ewald Nowotny, argumentaron en los últimos días que un tipo de cambio más fuerte podría perjudicar los esfuerzos para devolver la inflación a su objetivo de apenas debajo de 2%.

Si bien el aumento de los salarios ya no frenará un alza en los niveles de los precios, tampoco será una gran contribución. Más de dos tercios de los economistas encuestados predijeron que las alzas de salarios se mantendrán creciendo la mismo paso de la inflación más las ganancias de productividad, promediando un 2,1% en 2018, según estimaciones.

El BCE proyecta que el aumento de los precios al consumidor se acelerarán hasta el 1,8% en la segunda mitad de 2020. Con las opiniones sobre el futuro de la política monetaria divididas entre los banqueros centrales de la región, el presidente del BCE, Mario Draghi, podría decidir ganar algo de tiempo y diferir cualquier decisión al Consejo de Gobierno lo máximos posible.

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