
Ningún banco central es perfecto, pero para pronosticar su medición clave, el Banco de Inglaterra es el banco central peor situado. La institución de tres siglos de antigüedad tiene el peor historial de pronósticos de inflación en su economía local, según el último ranking de Bloomberg de los bancos centrales del Grupo de los Siete. El Banco de Canadá tiene el mejor.
A diferencia de sus principales pares, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Inglaterra tiende a no alcanzar sus proyecciones de los precios al consumidor, aunque eso parece estar cambiando. Su estimación de inflación a dos años fue menor que el resultado final en cada uno de los ocho años hasta el 2013, con un promedio de 1,3 puntos porcentuales de diferencia. Desde entonces, pasó al otro extremo, sobrepasando la cifra en alrededor de 1,1 puntos porcentuales.
Las proyecciones son una preocupación fundamental para la credibilidad de los bancos centrales, ya que proporcionan la base para las decisiones de política monetaria que afectan a las empresas y los hogares de la economía real. En el Banco de Inglaterra, el gobernador Mark Carney y sus colegas legisladores acaban de elevar su tipo de interés de referencia por primera vez en más de una década, sobre la base de las perspectivas de inflación.
Las previsiones que no se cumplen son un arma más que usar para criticar a los bancos centrales y los tecnócratas no electos que los dirigen. Las instituciones monetarias han sido objeto de un escrutinio cada vez mayor desde el inicio de la crisis financiera por medidas como la flexibilización cuantitativa y los tipos de interés negativos que, según algunos, han impulsado la desigualdad.
Para compilar los resultados, Bloomberg analizó las proyecciones de inflación a dos años y las estimaciones del producto interior bruto a un año, y las comparó con los resultados anuales entre 2006 y 2016. El resultado general refleja un enfoque de la regla de Taylor que otorga la misma ponderación al crecimiento y la inflación.
En la medición general, la Fed ocupó el primer lugar, a pesar de ser demasiado optimista sobre el crecimiento durante 10 de los 11 años del estudio, mientras que el Banco de Japón ocupó el último puesto.
Solo en las estimaciones de crecimiento económico, el Banco de Inglaterra saltó a la cima del ranking, aunque también ha sido constantemente demasiado optimista. Eso es irónico, dado que Carney ha sido criticado reiteradamente por algunos legisladores y medios de comunicación británicos por ser demasiado pesimista sobre las perspectivas del país antes y después de la votación de 2016 para abandonar la Unión Europea.