
El estado de alerta empresarial que provocó la declaración de independencia empieza a ofrecer síntomas de que amaina. De acuerdo con los datos del Colegio de Registradores, el pasado 30 de octubre, que fue el primer día lectivo en el que el cese del Gobierno catalán era efectivo, hicieron las maletas un total de 62 compañías: la cifra de movimientos diaria más reducida desde el pasado 9 de octubre, el día antes de que Carles Puigdemont declarara y, posteriormente, suspendiera la independencia en el Parlament.
No obstante esta caída del número de fugas, el saldo total de exilios empresariales en octubre ya roza los 1.900. Los dos peores días -cuando se batieron los 200 desplazamientos- fueron justo el 9 de octubre y el día 19 del mismo mes. En esta última fecha, fue cuando Puigdemont envió su segunda carta a Mariano Rajoy en la que no reconocía explícitamente que el Parlament hubiese declarado la independencia. Su negativa a cumplir con el requerimiento del Ejecutivo español, que activó la aplicación del artículo 155 de la Constitución, fue la más negra en número de traslados, que alcanzaron los 268.
Aunque no han trascendido los nombres propios de todas las empresas que se han trasladado, se anticipa que los movimientos han sido especialmente significativos en el caso de las grandes y las medianas empresas, ante el riesgo de verse expulsadas de la Unión Europea o sometidas a una alta inseguridad jurídica. Según la CEOE, se habrían movido compañías que generan aproximadamente un 30 por ciento del PIB catalán, lo que anticiparía una importantísima reducción del censo de grandes empresas y también una considerable reducción del tamaño de la economía catalana. Los últimos datos disponibles, del 1 de enero de 2017, establecían que el número de firmas con más de 200 trabajadores y con sede en Cataluña era de 1.212, por lo que dado el elevado volumen de movimientos, se podría esperar una reducción relevante de la cifra con la que arrancó el ejercicio.
Aunque no se espera que las empresas que han abandonado Cataluña regresen pronto, la destitución del Gobierno catalán y la toma del control de la autonomía por parte de Moncloa sí anticipan una mayor tranquilidad y que algunas empresas, al menos por el momento, abandonen el proyecto de cambio de sede, tal como sucedió este martes con Freixenet. Entre ellas, por ejemplo, varias multinacionales. Zurich, Allianz o Axa sí se han marchado.