
La amenaza de declaración unilateral de independencia de Cataluña tiene en el aire los cuatro proyectos de inversiones extranjeras impulsados y anunciados por la Generalitat este año. Suman unos 2.200 millones de euros, pero las compañías que deben invertirlos, contactadas por elEconomista, guardan silencio a la expectativa de los acontecimientos políticos.
El más relevante es el macro complejo de turismo, eventos, ocio y juego Hard Rock Entertainment World de la costa de Tarragona, en el que la multinacional estadounidense anunció en julio una inversión total de 2.000 millones de euros, de los que 600 corresponderían a la primera fase. A los repetidos retrasos que ha sufrido el proyecto desde su anuncio en 2012 por iniciativa del empresario Enrique Bañuelos a través de su empresa Veremonte, se suma otro más. La Generalitat debía remitir en septiembre a Hard Rock su informe final de requerimientos para dar la luz verde definitiva al complejo, pero nada se sabe, ni por parte del Govern ni por parte de los americanos.
Y Hard Rock no es el único implicado en la iniciativa, ya que contaba con la colaboración de Value Retail -multinacional gestora de outlets en España como La Roca Village en Barcelona y Las Rozas Village en Madrid- para el área comercial, y de PortAventura para un hotel dirigido a familias.
Otra de las inversiones en el aire es una nueva fábrica de Boehringer Ingelheim en Sant Cugat del Vallès (Barcelona). El ahora exconseller de Empresa Jordi Baiget -cesado por Carles Puigdemont por considerar que no estaba suficientemente comprometido con el procés- puso la primera piedra a finales de junio. Anunció entonces que suponía una inversión de 100 millones de euros y la creación de 200 puestos de trabajo con el apoyo del área de atracción de inversiones extranjeras de la agencia pública catalana Acció: Catalonia Trade & Investment.
Perspectivas inciertas
La multinacional farmacéutica alemana había estudiado otras localizaciones en Europa desde 2015 para ubicar la planta, que producirá un cartucho para introducir diversos tipos de inhaladores para tratar enfermedades respiratorias. La instalación catalana lo distribuiría a Europa, Estados Unidos, Japón, México, Brasil y Canadá. La compañía germana, que se instaló en Cataluña en 1952 y cuenta con 1.700 trabajadores en sus instalaciones de Sant Cugat del Vallès -sede española- y Malgrat de Mar (Barcelona), podría pensárselo dos veces antes de exponerse más a un territorio de perspectivas inciertas actualmente. Más aún teniendo en cuenta el gran peso exportador de su producción catalana, cuyos productos llegan a más de 100 países.
Catalonia Trade & Investment anunció en marzo otra inversión estrella que no ha llegado a concretarse hasta ahora: 80 millones de euros en un centro de I+D de la empresa china de automoción eléctrica Thunder Power. Entonces no tenía una ubicación definida, y sigue sin tenerla. La Generalitat también destacó entonces que la multinacional con sede en Hong Kong contemplaba Cataluña como "la mejor opción" para construir su fábrica europea, con "más de 1.000 trabajadores". Pero lo dejaban para una segunda fase. El centro de I+D debía estar operativo en 2018 y estaría centrado en la ingeniería de producto para desarrollar nuevos modelos de la marca.
El cuarto proyecto internacional publicitado por el Gobierno catalán este año y sin respuesta sobre su estado actual es otro centro de I+D, en este caso de la multinacional danesa de pinturas Hempel. Es el más reciente, anunciado el 24 de septiembre, con una inversión de 5 millones de euros y la creación de 35 empleos en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona). Se trata de un espacio previsto de 3.500 metros cuadrados dedicado a desarrollar nuevos revestimientos que retrasen la propagación del fuego en caso de incendio. Debería empezar a funcionar a finales de 2018, según el calendario inicial. Las instalaciones actuales de Hempel en Polinyà (Barcelona) son las más grandes de la firma por detrás de la sede central de Dinamarca.
Advertencia constante
Lo adelantó Joaquim Gay de Montellà, presidente de 'Foment del Treball', en septiembre en una entrevista con 'elEconomista': la inestabilidad política estaba provocando que se frenara la llegada de inversiones a Cataluña; y después se han sumado a sus palabras otras patronales, incluso las que apoyan un referéndum pactado, como Pimec. Su presidente, Josep González, ha reconocido esta misma semana en una entrevista en este diario, que las inversiones con un objetivo de crecimiento; que no fueran necesarias, se están viendo afectadas, incluso en el caso de las pymes.
La misma 'Foment' ha vuelto a insistir en que la fuga de empresas que vive Cataluña, además del grave daño de imagen que está causando a la región, a medio plazo puede tener un efecto más allá del freno de las inversiones a corto plazo: que las multinacionales vean a Cataluña como un lugar menos atractivo para invertir ante la posible marcha o derivación de producción de las grandes empresas que ahora mismo se están deslocalizando. La CEOE, donde se integra 'Foment', calcula que se han ido empresas que emplean al 30% de los catalanes.