
El Fondo Monetario Internacional (FMI) calienta motores para sus reuniones anuales con la publicación de sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés). Un repaso a la economía global que en esta edición llega acompañada de una mejora de 0,1 puntos porcentuales para este año y el que viene, cuando el avance alcanzará el 3,6% y el 3,7% respectivamente. El FMI mantiene a España como la economía avanzada que más crece bajo el acecho de la crisis catalana.
Sin embargo desde Washington alertan que "la incertidumbre política es más preocupante de lo habitual", lo que refleja, por ejemplo, las políticas fiscales y fiscales de Estados Unidos difíciles de predecir, la posible adopción de restricciones comerciales, la negociación de la relación del Reino Unido en el post-Brexit, y los riesgos geopolíticos. En este sentido, se advierte que la percepción de un aumento de políticas individualistas podría desencadenar una corrección en los valores de los activos y disparar la volatilidad de los mercados financieros.
Se proyecta que la economía de EEUU crecerá un 2,2% en 2017 y un 2,3% en 2018. Un crecimiento moderadamente por encima de su potencial que refleja unas condiciones financieras muy acomodaticias y una fuerte confianza por parte de las empresas y los consumidores. La revisión a la baja en relación con las previsiones del WEO de abril refleja una corrección importante tras la rebaja de expectativas relacionadas con el plan tributario de Donald Trump.
Al otro lado del Atlántico, la recuperación de la zona del euro se fortalezca este año, con un crecimiento previsto del 2,1% en 2017, antes de moderarse hasta el 1,9% en 2018. El aumento del crecimiento refleja principalmente una aceleración de las exportaciones y la fortaleza de la demanda interna respaldada por condiciones financieras acomodaticias en medio de un menor riesgo e incertidumbre política.
Dicho esto, a medio plazo, las perspectivas siguen siendo moderadas debido a que el crecimiento potencial se verá lastrado por la debilidad de la productividad, dinámicas demográficas adversas y, en algunos países, un exceso de deuda pública y privada
"La situación es muy diferente a la de principios del año pasado, cuando la economía mundial se enfrentó a un vacilante crecimiento y a las turbulencia en los mercados financieros", señala Maurice Obstfeld, economista jefe de la institución y cuyo equipo elabora el informe presentado hoy en Washington. "Vemos una acelerada aceleración cíclica impulsada por Europa, China, Japón y Estados Unidos, así como Asia emergente", asegura.
Según explica el alto funcionario del Fondo, en el año en curso, la revisión al alza llega impulsada principalmente por unas perspectivas más alentadoras para las economías avanzadas. Dicho esto, el próximo año serán los mercados emergentes y las economías en desarrollo, las que cobren un mayor protagonismo.
El economista jefe del FMI incide, además, en que el impulso económico mundial es significativo porque es uno de los más amplios desde el comienzo de esta década. "Esto ofrece un entorno global de oportunidades para políticas ambiciosas que apoyarán el crecimiento y aumentarán la resistencia en el futuro", indica.
Es por ello que los distintos gobiernos deben aprovechar este momento ya que a ojos de Obstfeld, "la recuperación sigue siendo incompleta desde algunos aspectos importantes" y el margen que ofrece la coyuntura actual no durará para siempre.
En primer lugar, según indican en el WEO, esta recuperación es incompleta "dentro de los países". Incluso en un momento en que la producción se aproxima al potencial de muchas economías avanzadas, el crecimiento de los salarios nominales y reales se ha mantenido bajo.
Este tímido crecimiento de los salarios se produce después de que durante muchos años los ingresos medios reales hayan aumentado de forma mucho más baja que los ingresos de las rentas más altas.
"Los impulsores del crecimiento, incluidos los avances tecnológicos y el comercio, han tenido efectos desiguales, elevando algunos, pero dejando a otros rezagados ante la transformación estructural", aclara Osbtfeld, quien considera que una mayor brecha en los salarios "ha contribuido a alimentar el desencanto político y el escepticismo sobre los beneficios de la globalización, poniendo en riesgo la recuperación".
En segundo lugar, la recuperación es incompleta entre países. Mientras que la mayor parte del mundo comparte esta expansión económica, los mercados emergentes y los exportadores de materias primas de bajos ingresos, especialmente los exportadores de energía, siguen enfrentando retos, al igual que varios países que experimentan disturbios civiles o políticos, principalmente en Oriente Medio, África subsahariana y América Latina.
Finalmente, la recuperación es incompleta con el tiempo. El ascenso cíclico enmascara tendencias mucho más moderadas a largo plazo, avisan desde el Fondo. En el caso de las economías avanzadas, se prevé que el crecimiento medio del producto per cápita de sólo un 1,4% anual durante el período actual hasta 2022, muy por debajo del 2,2% registrado entre 1996 y 2005.
Además, desde el FMI proyectan que los mercados emergentes y las economías en desarrollo crecerán aún menos en términos per cápita que las economías avanzadas en los próximos cinco años. "Estas economías son divergentes en lugar de convergentes, y van en contra de la tendencia más benigna para la disminución de la desigualdad entre los países debido al rápido crecimiento de mercados más dinámicos como China e India", aclara Obstfeld.
El FMI ha mejorado hasta el 6,8% desde el 6,6% su previsión de crecimiento para China debido a una expansión económica más fuerte en el primer semestre, así como de una mayor demanda externa. Para 2018, la revisión al alza hasta el 6,5% refleja principalmente una expectativa de que las autoridades mantendrán una combinación de políticas suficientemente expansiva para cumplir su objetivo de duplicar el PIB real entre 2010 y 2020. Las previsiones de crecimiento también se han mejorado para Europa emergente, Rusia y Brasil.