Economía

Sólo España y Grecia mantienen en la UE el paro por encima del 12%

  • El 21,2% de la población activa griega y el 17,1% de la española está desempleada
  • El país heleno sale del procedimiento de déficit excesivo...
  • ... que nuestro país abandonará en 2018

España y Grecia han mantenido tradicionalmente una tasa de desempleo siempre superior a la media de sus socios europeos. A pesar de la recuperación, la distancia es todavía preocupante: solo estos dos países mantienen el paro en la Unión Europea (UE) por encima del 12%.

En concreto, según los últimos datos de Eurostat, correspondientes al pasado mes de agosto, la proporción de desempleados sobre la población activa asciende al 17,1% en nuestro país y al 21,2% entre los griegos, muy lejos de la tercera región europea con más personas sin trabajo: Italia, con el 11,2%o de desempleados, y a años luz del porcentaje que quiere trabajar y no puede en la eurozona (9,1%) y en los Veintiocho (7,6%).

En los albores de la crisis que azotó ambas economías a partir de 2008, la distancia tanto con la UE como con el área del euro apenas alcanzaba el punto porcentual. La recesión elevó el paro hasta alcanzar al 27,5% de la población helena y al 16,1% de la española en 2013, cuando los demás países europeos soportaban, en promedio, una tasa del 12%, que se reducía al 10,5% entre los que comparten moneda. A partir de entonces, la recuperación económica inyectó cierto ánimo en los mercados laborales de Grecia y España, si bien en nuestro caso la evolución ha sido más positiva.

En estos momentos, según Eurostat, en nuestro país está en paro el 17,1% de la población activa, porcentaje que se eleva al 21,2% en el caso griego. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Hasta 2012, la tasa de desempleo en España se situaba ampliamente por encima de la registrada en Grecia. Desde ese momento y gracias, en parte, a la contestada reforma del Gobierno del PP, que flexibilizó nuestro anquilosado mercado laboral, la tendencia cambió y España cedió al país heleno el puesto de región europea con más parados.

La comparativa entre España y Grecia se ha repetido hasta la saciedad. Ambos países entraron en el grupo de los PIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España, por sus siglas en inglés), los grandes protagonistas de la crisis de deuda soberana en la eurozona. De una forma u otra, todos necesitaron ayudas supranacionales para evitar un impago de la deuda o la quiebra del sistema financiero. Tras años de ajustes, consolidación fiscal y recesión, ahora algunos indicadores macroeconómicos ya despuntan.

En el caso de España, presenta variaciones anuales positivas del PIB desde 2014 y cerró 2016 con un avance del 3,3%, tras recuperar el nivel de riqueza previo a la crisis. Mientras, Grecia registró un crecimiento nulo el año pasado y en 2015 cayó un 0,2%, después de haber crecido un leve 0,4% en 2014.

Del lado de la deuda pública, sin embargo, las cifras deslucen la recuperación. La escalada en nuestro país ha sido imparable en los últimos años y el pasivo permanece estancado en el entorno del 100 por cien del PIB. La deuda pública griega, por su parte, está descontrolada en el 180%.

El brazo correctivo de la UE

Capítulo aparte merece el déficit público. El Consejo Europeo anunció recientemente el cierre del procedimiento de déficit excesivo contra Grecia, al considerar que las finanzas helenas se han estabilizado. "El déficit del país está ahora por debajo del 3% del PIB, la referencia de la UE para evaluar los déficits públicos", indicó el Consejo, y agregó que, tras "muchos años de graves dificultades, las finanzas griegas están en mucha mejor forma" que en 2009, cuando se señaló por primera vez a Atenas por exceso de déficit al llegar este a un alarmante 15%.

Por contra, en estos momentos, España sigue, junto a Francia y Reino Unido, bajo la vigilancia de Bruselas, frente a los veinticuatro países que había en 2011. En nuestro caso, el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció antes de verano que España podría salir este mismo año del brazo correctivo de la UE. Basta con cerrar 2017 con un déficit del 3%, solo una décima por debajo del objetivo fijado. "Algo que podría ocurrir en los próximos meses", anunció el ministro.

El Gobierno podría anotarse ese tanto no solo por la revisión al alza del cálculo del PIB de 2016 que realizó el Instituto Nacional de Estadística (INE) recientemente -hasta los 1.118.522 millones de euros, 4.671 millones más-, sino también porque Guindos estima que la economía española crecerá este año más de lo que recoge el cuadro macro del Ejecutivo. Actualmente estima un avance del 3%, cifra que Mariano Rajoy pretende mejorar unas décimas cuando presente los Presupuestos de 2018.

Pero, aunque abandonemos la senda correctiva, "seguimos teniendo un déficit primario muy elevado y existe el riesgo de volver a caer en el déficit excesivo si no se realizan los ajustes adecuados", advierte el economista Javier Santacruz, quien asegura que "ya se ha hecho todo lo posible en términos de ingresos y ahora se debe actuar por la vía del gasto", lo cual, lamenta, "es complicado en la coyuntura actual".

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