La coalición de Angela Merkel, CDU/CDS, ganó las elecciones del pasado fin de semana, pero con unos resultados que le hacen depender de los liberales del FDP y los Verde para formar Gobierno. Según la agencia DPA, la canciller en funciones habría ofrecido la presidencia del Bundestag al que ha sido ministro de Finanzas desde 2009. Todo apunta que el líder de los liberales Christian Lindner podría sustituirle.
Los pobres resultados del partido de Merkel en la elecciones están a punto de cobrarse la primera víctima de su formación. El que ha sido el ministro de Finanzas de Alemania desde 2009 y la pesadilla de los griegos será la primera figura relevante de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) que forme parte del futuro Gobierno alemán.
Después de que el partido de socialista de Martin Schulz haya anunciado que se va a la oposición y que no volverá a pactar la gran coalición, a Merkel no le queda otra opción que pactar un tripartito con los liberales del FDP y los verdes para evitar que se repitan unas nuevas elecciones.
Según la agencia alemana DPA; los líderes de CDU y CSU han propuesto a Schäuble que presida el parlamento alemán. La prensa alemana apunta que podría ser elegido el próximo 17 de octubre, cuando se constituya el Bundestag.
Posible sucesor
La salida de Schäuble facilita la posibilidad de formar Gobierno a Merkel. La tradición alemana de pactos políticos dice que el principal socio de Gobierno elige cartera ministerial. En este caso, el líder del FDP Christian Lindner tendría prioridad, a pesar de ser la cuarta fuerza política del parlamento alemán. El político ya ha advertido que su formación se equivocó en 2009 cuando entró en el Ejecutivo ocupando la cartera de exteriores. "La única manera de mirar de tú a tú a Merkel es con el ministerio de Finanzas", ha repetido en varias entrevistas.
Schäuble tiene una excelente reputación entre la opinión pública germana como administrador y defensor de los intereses del país en la Unión Europea. El veterano político ha sido el perfil más duro en los años más duros de la crisis del euro. Defendió con beligerancia la disciplina fiscal de los países del sur Europa e impuso las condiciones más exigentes en los rescates a Grecia, negándose públicamente a una quita para el país.
En los últimos meses, se ha mostrado más dócil y favor de una mayor integración europea, una vez que se ha constatado la recuperación dentro del euro. Su postura contrasta, con las ideas de su posible sucesor, que ha deslizado en campaña, contrarias a avanzar en una integración fiscal de la zona euro.
